La Vanguardia no ha podido contenerse y le dedica una columna titulada "Testigos defienden el papel del Rey el 23-F" firmada por Mariángel Alcázar. "La Zarzuela ha optado por guardar un prudente silencio tras la publicación el pasado domingo de una entrevista a la periodista Pilar Urbano", dice. "La Casa del Rey no quiere contestar las afirmaciones vertidas por la escritora hasta que conozca el contenido del libro, aunque varias de las personas citadas por la autora como fuentes y testigos de las conversaciones entre el Rey y Suárez se ofrecieron ayer a la Zarzuela para desmentir públicamente lo afirmado por Urbano".
El conde de Godó da el pistoletazo de salida a la campaña de descalificaciones que le espera a la escritora por saltarse el guión. Y eso que tampoco es la primera. "Urbano, autora de una polémica biografía de la reina Sofía, en la que le atribuyó falsas declaraciones, pidió entrevistar al Rey para este libro sobre el 23-F, pero desde la Zarzuela se le negó el acceso alegando razones de falta de profesionalidad y abuso de confianza".
En El Mundo, Raúl del Pozo cuenta su experiencia en el Congreso el día del golpe. Con una sinceridad que le honra, admite que se llevó un susto de muerte y que de héroe nada. "Llegó un cabo primero y me apuntó con el arma. Me tiré al suelo en el bar y se me cayó encima el cubata. Dijeron que tenía la cara como el yeso y pasé vergüenza al ver a Adolfo Suárez jugándose la vida". Pero ande yo caliente... Pasó la noche con unos amigos y pasada la una de la madrugada "salió el Rey vestido de capitán general defendiendo la Constitución y ordenando a los golpistas que se retiraran a los cuarteles. Desde entonces, varios libros han insinuado que en realidad el Rey no paró el golpe, sino que lo organizó".
"España, ese ruido de sables desde Narváez, el espadón de Loja, a la pistola de Tejero, no se compendia en los hechos, sino en las opiniones y creencias de las sectas,y Pilar ha mezclado la fábula con los bocados de chusque real y las pipas del general. Lo que yo vi y viví el 23-F no se parece en nada a esa historia fantasmagórica".
En ABC, Ignacio Ruiz-Quintano se lo toma con humor. "Vista marcha atrás, la Santa Transición sería la historia de un Kennedy abulense al que, dimitido y sin partido, el Rey da un golpe de Estado para llevar la izquierda al Poder valiéndose de Tejero, demócrata extravagante que se presta a tomar el Congreso por una paella. ¿Y qué va a decir uno, si estaba en el Rock-Ola con Alaska y los Pegamoides? Son cosas de Pilar Urbano".