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Pons relevaría a Cañete tras su previsible marcha a la Comisión

Pocos cambios en la lista del Partido Popular para las europeas, que apuesta por la continuidad y con escasas caras nuevas.

Pocos cambios en la lista del Partido Popular para las europeas, que apuesta por la continuidad y con escasas caras nuevas.
Los candidatos del PP

La espera que, durante los últimos meses, ha tenido a los eurodiputados conteniendo la respiración tuvo su epílogo este jueves en una tarde de tenso suspense hasta que, tras un lento goteo de llamadas por parte de la secretaria general, María Dolores de Cospedal, el PP desveló su cartel para los próximos comicios europeos y del que se desprende que, con la previsible marcha de Miguel Arias Cañete a una comisaría europea, Estéban González Pons será quien, sin ningún otro ministro en su equipo, lleve la batuta de los populares durante la próxima legislatura en el Parlamento Europeo.

Al hoy vicesecretario de Estudios y Programas del PP le acompañará un cartel con pocos cambios y muchos guiños. El más visible, el de colocar a Teresa Jiménez Becerril, hermana del concejal asesinado por ETA, y que, durante los últimos cinco años, ha sido la cara visible de las víctimas en la Eurocámara. Jiménez siempre ha asegurado sentirse "muy cómoda" bajo las siglas del PP, un partido al que no reprocha su política antiterrorista, y al que ha evitado culpar de la anulación de la Doctrina Parot. El guiño al PP vasco, en cambio, ha sido otorgarle a esa comunidad el número 17 de la lista, que recae, por tercera vez consecutiva, en Carlos Iturgáiz, cuya permanencia, tras la marcha de Jaime Mayor Oreja, había quedado en situación delicada.

El hasta ahora número dos, Luis De Grandes, repite en puestos de confianza, tras haberse convertido en el portavoz oficioso de la delegación tras el paso atrás de Jaime Mayor Oreja. También entre los diez primeros repiten también la mallorquina Rosa Estarás, el gallego Francisco Millán Mon, hombre del círculo de confianza del presidente, o el navarro Pablo Zalba Bidegáin, al que la marcha de José Manuel García Margallo al ministerio de Exteriores, brindó la oportunidad de ser la voz de los populares en la comisión de Economía (y en las redes sociales, en las que tiene una frenética actividad) en los tiempos más convulsos de la crisis. "¿Cuándo llegará el crédito a los hogares?", solía repetir, terco, en cada una de las visitas del presidente del BCE, Mario Draghi.

Entre los nombres más conocidos de la lista está el secretario general del PPE, Antonio López Istúriz, curtido en la arena europea, y el ya anunciado Ramón Luis Valcárcel, que abandona la presidencia de Murcia para desembarcar en una institución en la que su predecesora, la murciana Cristina Gutiérrez Cortines, se ha labrado un nombre en la comisiones de Medio Ambiente.

Una agónica espera

Pasadas las cinco de la tarde, algunos nombres de la zona noble de la lista, ya habían recibido la esperada llamada de Génova. "No tienes que preocuparte", informaba la escueta llamada de la secretaria general a un eurodiputado que respiraba aliviado desde un aeropuerto mientras que a sus otros 22 compañeros todavía les quedaban horas mirando, menos esperanzados conforme pasaba el tiempo, la pantalla del móvil.

Desde el comité electoral, llegaban noticias de que seguían discutiéndose algunos nombres. Los que esperaban ocupar puestos menos nobles hacían. Ya después de Navidad, algunos se empezaron a revolver en sus despachos de la planta 11 del edificio Altiero Spinelli. Bailaban los nombres en las quinielas y algunos se autodescartaban. Después el terremoto de la marcha de Mayor Oreja a un segundo plano, y de Alejo Vidal-Quadras a Vox, terminó de sacudir la delegación. Hasta en las filas socialistas empezaron a inquietarse: "Es una tomadura de pelo a mis compañeros", protestaba López Aguilar, el hasta ahora capitán de las filas socialistas, que sí anunciaron su candidatura exactamente un mes antes que sus mayores contrincantes.

Veteranía

Pilar del Castillo, a los que algunos de sus colegas achacan el no haberse quitado el traje de ex ministra desde que llegó al Parlamento en 2004, también ha recibido el premio a su intenso trabajo en el campo de las telecomunicaciones. Ha sido una de las más vehementes al pedir –la última vez ante la visita de la ministra Fátima Báñez a Bruselas- que la campaña dé a conocer las políticas que afectan al ciudadano. "Por ejemplo, es un escándalo que, en pleno mercado único, las compañías sigan cargando a los usuarios la tarifa del roaming: ¡es algo vintage!", suele quejarse. Otro de los grandes nombres, José Ignacio Salafranca, voz acreditada en política exterior, formará parte del equipo popular por su quinta legislatura consecutiva.

También repiten Gabriel Mato, hermano de la ministra de Sanidad, y cuya actividad parlamentaria en las comisiones de Agricultura y Pesca ha encontrado un importante eco en Canarias. El catalán Santiago Fisas, la veterana Pilar Ayuso (en la Eurocámara desde 1999), o el ex director general de la Policía, Agustín Díaz de Mera… un cartel, en definitiva, basado en la permanencia del actual equipo.

En puestos más limítrofes van Salvador Garriga, que pisó Bruselas como eurodiputado por primera vez en 1987, o Pablo Arias, que, tras desembarcar en Bruselas con garantía Faes, se fajó en la defensa del mercado único digital y, con la colaboración y beneplácito del comisario Barnier, propuso una garantía comercial para elevar los índices de confianza.

"Sabía lo que se hacía"

Los mismos que criticaron los tiempos del presidente, aplaudían esta semana la gestión del anuncio de la candidatura encabezada por Cañete. "Sabía lo que se hacía", celebraban los mismos que, meses antes, se mostraban críticos. Y es los tiempos de Mariano Rajoy y el temple de no cortar cabezas en una delegación en la que algunas voces pedían cambios ha gustado en los círculos populares en Bruselas.

Las últimas encuestas del Parlamento Europeo otorgan al grupo PPE un total de 214 escaños, frente a los 208 de los socialistas, números muy reñidos que, en todo caso, revelan un zarpazo al bipartidismo y que, necesariamente, se traducirán en un recorte de escaños en las grandes familias políticas a ambos lados del hemiciclo. En el PP, barajan una horquilla entre los 18 y los 21 eurodiputados.

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