Ciudadanos, en su programa para los próximos comicios europeos del 25 de mayo, afirma que impulsarán políticas de educación "que garanticen el derecho a recibir educación en cualquiera de las lenguas oficiales en cada territorio de la UE".
La formación considera "fundamental" el derecho de los padres y responsables de la educación a elegir la lengua oficial en que han de educarse sus hijos en los países en los que coexistan una o más lenguas oficiales o una o más lenguas regionales.
Además, pretenden establecer el inglés "como una única lengua de trabajo interno; un máximo de cinco lenguas para el debate político; y todas las lenguas oficiales" para la comunicación con los ciudadanos.
El programa del partido de Albert Rivera y Javier Nart señala que, para la Eurocámara, deben ser "elegidas personas cualificadas y de prestigio, y no como sucede ahora, que la mayoría de partidos envían a políticos en retiro (o en vías de retiro) o a políticos "amortizados" o a jóvenes que obtengan experiencia".
Ciudadanos promueve una "reforma institucional" que posibilite "una división real de poderes" con el fortalecimiento de las instituciones que sirven de "contrapeso a la amalgama de intereses nacionales" representados por el Consejo y que velan por el cumplimiento de las normas comunitarias: Comisión Europea, Defensor del Pueblo, Tribunal de Justicia.
El partido de Rivera también pide una "simplificación de los procesos administrativos y el acceso electrónico de los ciudadanos o información inteligible del funcionamiento de las instituciones". Además, promoverá la eliminación de la sede de la Eurocámara de Estrasburgo, "tal y como se acordó en votación por el Parlamento europeo en noviembre de 2011", y una "reducción de los sueldos y las dietas" de los eurodiputados.
Finalmente, sostiene Ciudadanos que, de la crisis, solo se saldrá con un "gran pacto" que incluya un "nuevo acuerdo fiscal y de austeridad, pero también un nuevo papel del BCE, un Tesoro común europeo y un presupuesto común más amplio y reorientado". La formación apoya el proceso de unión bancaria y desea que el BCE "sea un auténtico Banco Central" con las mismas funciones que, por ejemplo, la Reserva Federal estadounidense.