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Girauta y Ussía defienden a Tertsch del "calvario" al que le está sometiendo Pradera

Ambos columnistas comparan la agresión a Navarro y a Hermann Tertsch y los dos llegan a la misma conclusión: qué peligro.

"Peligro". Así titula Juan Carlos Girauta su columna de hoy en ABC ante las situaciones de violencia que están sufriendo personajes públicos en Cataluña y la manía persecutoria de Máximo Pradera hacia Hermann Tertsch.

"El rufianismo político va imponiendo sus maneras al ritmo de nuestra degeneración democrática", dice Girauta. "Dos asuntos recientes delatan un peligro de descomposición que sólo se salvará con ley". Uno, "la agresión física al líder de los socialistas catalanes", y el otro, "el calvario de señalamientos, insultos, calumnias y burlas que padece a diario mi querido Hermann Tertsch, vecino de columna. Una infamia nacionalista y otra progre". Girauta ve en estos dos sucesos un mismo común denominador. "Allá donde no cabe el matiz e impera la consigna, allá donde no se soporta la discrepancia reaparecerán fatalmente los peores fantasmas de la intolerancia".

En su "pobre Cataluña" el nacionalismo ha enseñado al pueblo que las leyes son "trabas" y no hay que cumplirlas. "El mismo desprecio a las normas, la misma maldita manía de hostigar al adversario personalmente, de invadir su privacidad, de cosificar al discrepante, mancha al progrerío, esa parte de la izquierda española consagrada a la fabricación y difusión de prejuicios que suplantan el pensamiento, la crítica, la reflexión y el debate".

En la agresión a Pere Navarro, Girauta no entiende el 'sí pero' en la condena de los nacionalistas. "Cuando se condena la violencia, se condena sin más". "Todos los personajes públicos catalanes incómodos al nacionalismo catalán saben muy bien de qué está hablando Navarro cuando nos informa de las miradas de odio, de los insultos por la calle, de las amenazas constantes", dice poniendo los pelos como escarpias.

"En la otra zona de excepción democrática, que no es geográfica sino puramente ideológica, no tienen bastante con linchar a Hermann semanalmente. Ahora señalan la puerta de su casa, hacen mofa de una convalecencia hospitalaria, tuercen sus palabras, están obsesionados con él. Permitiendo estos abusos, o riéndolos, condenaremos la convivencia", avisa.

En La Razón, Ussía se hace una reflexión parecida. "El secretario general del PSC, Pere Navarro, ha sido agredido brutalmente en plena calle. Y lo que es peor, por una mujer enfurecida". Casi al mismo tiempo, "un Tonto con Balcones a la Calle, proclamado memo en público y en privado, mas no por ello menos peligroso, posa en el portal de la casa en la que vive Hermann Tertsch para orientar a quienes no desean la integridad física de Hermann y así facilitarles las cosas. Este chico, hijo del difunto Javier Pradera, y nieto y biznieto de notables falangistas fusilados por parte de papá y de mamá, posa en el portal de Tertsch saludando al modo romano que se adueñaron los fascistas. Sólo le ha faltado pintar un símbolo amarillo en el portal para no dar oportunidad a posibles confusiones".

Todo esto a Ussía le da muy mala espina. "Malos vientos. Empiezan las bofetadas y las provocaciones. Se abofetea y se señala". En Cataluña, dice para no dejarnos dormir, "empiezan a ser frecuentes las "miradas de Rentería". "Esas expresiones torvas, disgustadas de los viandantes que se topan con quienes no coinciden con sus ideas. De ahí a la agresión, media una simple ráfaga de mal viento".

Dice Ussía que el hijo de Pradera es un "niño mimado del sistema. Encajado a la fuerza por la influencia de su padre en emisoras de radio y televisión pertenecientes al decaído grupo de Jesús Polanco, el chico de Pradera ha decidido volar en soledad. Y lo hace con malos vientos, poca gracia, talento ausente y paupérrima categoría humana. Lo peor, el talento ausente", dice Ussía. ¿El talento? Al talento que le den, lo peor es la mala baba que se gasta.

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