El 22 de febrero de 1988, el Gobierno de Felipe González aprobó un Real Decreto que abría las puertas de la Guardia Civil a las mujeres. Ese mismo año, casi 3.000 se presentaban a las oposiciones para la escala básica y 198 de ellas comenzaron el curso de formación en la Academia de la Guardia Civil en Baeza (Jaén) el 1 de septiembre. Concluido el mismo, se incorporaron a sus nuevos puestos en el Instituto Armado en junio de 1989.
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, aseguró este miércoles que "la incorporación de la mujer sólo ha supuesto ventajas para la Guardia Civil" y que hoy en día son "una parte esencial" de la institución. "La profesionalidad de las mujeres se ha impuesto, y hoy ocupan con absoluta normalidad todo tipo de destinos, cargos y responsabilidades, y desempeñan con eficacia cualquier cometido y función requerida por las distintas especialidades en las que se integran", continuó.
En este sentido, dijo que las mujeres se incorporaron "a un entorno profesional que hasta entonces solo contemplaba la presencia de hombres, y por lo tanto debió adaptarse" y explicó que "se trataba de remover obstáculos y trabas para conseguir la igualdad real y, por otro, se trataba de que la mera incorporación y presencia se convirtiera en auténtica y plena integración profesional en un Cuerpo que no podía prescindir por más tiempo de la presencia de la mujer".
Las palabras del ministro llegaron durante un acto celebrado en el Congreso de los Diputados en el que se conmemoró el XXV aniversario de la incorporación de la mujer a la Guardia Civil y en el que, entre el más de un centenar de agentes del Instituto Armado que estuvieron presentes, se encontraban 39 agentes pertenecientes a la primera promoción de mujeres (94 promoción del Instituto Armado) que se incorporaron al Cuerpo.
En la actualidad, hay un total de 5.107 mujeres repartidas entre las escalas de la Guardia Civil, que suponen el 2,7 por ciento de la escala de oficiales, el 2 por ciento de la escala de suboficiales y el 7,6 por ciento de la escala de cabos y guardias. Diez de ellas ostentan la graduación de comandante, siendo las de mayor graduación hasta el momento (la primera se incorporá a la Academia General Militar de Zaragoza en 1993 y acabó su ciclo formativo como teniente en 1998).
La mayoría de ellas desempeñan labores relacionadas con la seguridad ciudadana, más de 750 se dedican a la investigación; 175 están destinadas en unidades de Tráfico; 145 en Intervenciones de Armas; 26 están en el Servicio de Protección de la Naturaleza; 3 de ellas realizan intervenciones y rescates en montaña; 15 trabajan en el Servicio Aéreo del Cuerpo; 23 prestan servicio en los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS); unas 290 desempeñan funciones en materia fiscal y de fronteras; 48 están destinadas en centros de enseñanza; 7 están destinadas en el extranjero y 763 están en puestos de mando y de gestión.
Pese a estar presentes en la gran mayoría de especialidades de la Guardia Civil, todavía hay dos en las que no hay ninguna mujer destinada entre sus efectivos. Se trata, exactamente, de las dos principales unidades de élite de la Benemérita, los Grupos de Acción Rápida (GAR) y la Unidad Especial de Intervención (UEI).