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'El Mundo' y 'ABC' convierten en mártires a los políticos tras el asesinato de Carrasco

La prensa está conmocionada con el asesinato de Isabel Carrasco y todos coinciden en que era una mujer de armas tomar.

"Matan a la líder del PP leonés por una venganza laboral", dice El Mundo. "La mujer del jefe de Policía de Astorga asesina a la líder del PP de León. Su hija, también detenida, le reclamaba un puesto de trabajo en la Diputación". Casimiro García-Abadillo liga este asesinato al "ambiente hostil" contra los políticos. "Una parte de la ciudadanía considera que éstos están en la raíz de todos sus problemas y donde antes había respeto o indiferencia se producen ahora escenas de violencia. Abucheos, insultos, escraches e intentos de agresión están hoy a lo orden del día y son el síntoma de un malestar latente que, de no combatirse a tiempo, puede degenerar en situaciones que pongan en riesgo la convivencia". Yo no me tiraría tan rápido a la piscina, Casimiro. Las asesinas también eran políticas. Sostres se suma a la teoría del crimen político, pero a él se lo perdonamos. La prudencia nunca ha figurado entre sus grandes cualidades. "El paso siguiente de ir a casa del político es dispararles. El paso siguiente de asediarles en sus domicilios es dispararles a plena luz del día (…) Si Ada Colau pudo, en el Congreso, y sin que nada le ocurriera, llamar criminal al representante de la Asociación Española de Banca, es fácil imaginar que el siguiente paso sea dejarse de adjetivos y pasar a los hechos". Ay como al final no tenga nada que ver con la política.

El Mundo también opina sobre el otro tema del día, la coalición PP-PSOE. "Ha caído como una bomba en la sede de los socialistas" porque las declaraciones de Felipe González son "devastadoras para los intereses de Rubalcaba. Pero González tiene razón, en situación de emergencia, una gran coalición estaría justificada, pues sería una garantía de estabilidad". ¿Y la situación de emergencia es....? ¿Ha pasado algo chungo de lo que yo no me he enterado? A veces los fines de semana me despisto un poco.

"La líder del PP de León, asesinada por venganza", dice El País sin especificar qué tipo de venganza para no pillarse los dedos. También titula en portada que "Juncker descarta ante Rajoy la admisión de Cataluña en la UE". Y que "la idea de una gran coalición irrumpe en la campaña". Tres interesantes temas en portada sobre ninguno de los cuales tiene nada que decir el periódico, que se abstiene de editorializar. Ellos no se meten en política. Dice el redactor Carlos E. Cué sobre la coalición que la propuesta se debe a la "gran preocupación que tiene González y que se extiende al mundo del poder político y empresarial por la situación de Cataluña". Y dice que "el PP no ve este asunto con el mismo dramatismo porque en su electorado no les genera un gran problema. Ellos no tienen el voto de la derecha tan fragmentado como está en la izquierda". Menudo susto se pegó Rubalcaba. Felipe, hombre, que estos sobresaltos no pueden ser buenos a su edad.

ABC dice que "una empleada despedida y su madre detenidas por matar a Isabel Carrasco". "La policía considera la venganza laboral como principal hipótesis del crimen". Rubido también se queja de "la exposición permanente de la clase política a un juicio público en el que se atribuye la responsabilidad directa de todos los males que sufre el país". Pobre clase política, casi que me van a hacer llorar. Hasta les voy a perdonar todo lo que roban, hombre. "La deslegitimación de los políticos se ha puesto de moda y ha extendido el argumento subliminal de que todo vale contra ellos, desde el insulto a través de las redes sociales al acoso a domicilio". Otro que se ha olvidado de que las asesinas eran militantes del PP y una de ellas fue candidata del PP por Astorga. O sea, políticas. Ignacio Camacho se apunta. "El resentimiento contra la política y la criminalización de la clase dirigente ha despenalizado moralmente el odio".

"González enfurece a Ferraz al sugerir una gran pacto con el PP tras hablar con Rajoy", dice ABC, que se lía a bofetadas con el pobre Rubalcaba. Su reacción horrorizada, dice ha sido "desproporcionada y sobre todo, un error de cálculo político. Uno más del dirigente socialista quien, con su dogmatismo inoportuno, se ha negado una baza de buena imagen ante unos ciudadanos que, a diferencia de él, sí desean que PP y PSOE colaboran estrechamente en resolver los problemas del país". Bueno, no todos los ciudadanos. "Cualquier idea de pacto sería vista como una cesión a la derecha y una renuncia a su identidad", dice hecho una furia. "Así se explica que la opción del PSOE sea escorarse de forma progresiva e imparable hacia un izquierdismo cada día más extremista". Caramba, y luego hablan de reacciones desproporcionadas.

La Razón titula: "Una venganza tras el asesinato de la líder del PP en León Isabel Carrasco". Otro que no se moja con qué clase de venganza. Marhuenda, de hecho, es la prudencia personificada y se cuida muy mucho de sacar conclusiones o hacer paralelismos. "No se puede buscar explicación alguna".

De la dichosa coalición dice La Razón que "Rubalcaba cierra la puerta a cualquier pacto PP-POE" y lo rechaza con un "sonoro portazo". Sonoro portazo al que se suma Marhuenda en un artículo. "No hay nada que haga necesaria una gran coalición entre el PP y el PSOE (…) No necesitamos ni salvadores ni aprendices de brujo que nos den lecciones sobre cómo se tiene que gobernar en España (…) La democracia se sustenta en un partido que gobierna y otros que están en la oposición". Uf, Marhuenda, qué peso me has quitado de encima. Así que no ha pasado nada este fin de semana. Ya pensaba que había estallado la guerra o algo así.

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