La policía siguen investigando la gran cantidad de droga encontrada en el piso de Triana y su madre en busca de nuevos implicados.
Los investigadores cree que la droga pudiera estar relacionada con la adquisición del arma que se usó supuestamente para matar a Isabel Carrasco y la pistola hallada en uno de los registros, informa el Diario de León. De momento, se ha descartado hacer un registro en el piso que ocupaba el marido de Montserrat González y padre de Triana Martínez porque, dicen, no convivía con su esposa.
Se sabe que las armas fueron adquiridas hace dos años en Gijón a un toxicómano que ha muerto en un establecimiento que ya está cerrado. La policía cree que la agente local, Raquel Gago, hizo de intermediaria por su conocimiento de los bajos fondos.
Por otra parte, el Diario de León informa de que la presunta asesina se encuentra como un pez en el agua en la prisión de Villahierro. Su actitud altiva y dominante tiene sorprendidos a los funcionarios. "A mí no te dirijas, que yo hablo sólo con el director", dice el diario leonés que se la oyó en una de sus primeros cruces en el penal. No obstante, los funcionarios creen que esta actitud podría cambiar cuando Montserrat sea plenamente consciente de su situación y caiga en una depresión con el paso de los días.
Es el caso de la hija, Triana Martínez, que está sumida en una profunda depresión desde que ingresó en la cárcel de Mansilla de las Mulas. Triana está cabizbaja y tiene miedo a relacionarse con el resto de las presas. Se le mantiene el protocolo antisuicidios, que consiste en tener a su lado una presa de confianza durante las 24 horas del día. Ni las visitas de su padre, el que fuera inspector jefe de Astorga, han conseguido animarla.
En el mismo estado de ánimo se encuentra Raquel Gago, la policía local supuestamente implicada en el asesinato. Instituciones Penitenciarias sopesa trasladar a Raquel a otra cárcel del país para impedir que tenga contacto con Triana.