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Rajoy toma las riendas de la campaña y deja a Cañete en segundo plano

Buscan que vuelva el Cañete "de siempre", pero de forma calculada, con intervenciones centradas en lo que sabe. De momento, nada de entrevistas.

La situación es compleja, y así se admite en privado. El Partido Popular cree que no tendrá excesivos problemas para ganar las elecciones europeas: las encuestas internas -los ya conocidos tracking- van en línea con el sondeo publicado el domingo por el diario ABC. Pero reconocen que tienen un problema importante para lo que resta de campaña.

Los estrategas buscan por todos los medios salir del bucle. Esto es, tratar de superar el debate de si Miguel Arias Cañete es o no es machista -"que no lo es", dijeron desde el principio- tras su "desliz" televisado, convertido ahora en eje de ataque del Partido Socialista. Aunque, afirman, no lo tienen fácil. "Sólo hace falta que te escuches una tertulia", resumía un miembro de la dirección nacional.

Es complicado. Para empezar, el estado anímico del candidato no es el ideal. Sabe que metió la pata, según las fuentes consultadas, y anda cabizbajo. En el PP siguen creyendo que hay que recuperar al "Miguel de verdad", pero estudiando al máximo sus intervenciones; calculándolo todo para que no haya fallos. Así, en la recta final, se está apostando por una intensa agenda de mítines y paseos, pero poca o ninguna entrevista. De ahí que se cancelara a última hora su presencia en Es la Mañana de Federico, lo que provocó las quejas en las redes sociales, aunque de momento mantiene concertada alguna presencia en medios para el final de la semana.

Su equipo no quiere más disgustos y espera que Cañete gane seguridad de aquí al 25-M hablando de lo que sabe -principalmente, de agricultura-, aunque el PSOE está dispuesto a no ponérselo fácil. El resto de miembros de la candidatura también se están viendo en apuros. Sin ir más lejos, en Génova no se descartaba que el asunto monopolizara el debate que Esteban González Pons, el número dos, iba a mantener en TVE este lunes con representantes de otros partidos.

En Sevilla, vuelve a la economía

Tocado el candidato, es Mariano Rajoy quien está echando el resto. Él sigue confiando en su amigo -le dio un fraternal abrazo en Barcelona, un día después de que estallara la tormenta mediática y política-, pero ha decidido tomar las riendas. La campaña "va bien", dijo tras estrenar nuevo estilo el domingo en Cuenca. Por primera vez, entró en el cuerpo a cuerpo con Alfredo Pérez Rubalcaba y fue muy duro con las formaciones minoritarias. Se le vio seguro en la conversación informal que tuvo con los periodistas.

Desde que estalló la polémica, el PP ha hecho como si no existiera, como repite con cada asunto espinoso. Lo más próximo a unas disculpas se observó en una entrevista del propio Cañete el domingo en La Razón. Rajoy no se ha referido nunca a sus declaraciones, pero le ha ensalzado, y mucho. Es otra de las patas de la estrategia: destacar su currículum y lo que ya ha hecho por España en las instituciones comunitarias. Cada dirigente que tome la palabra en actos de campaña lo hará, mientras que el susodicho intentará ofrecer su lado más cercano y campechano. En otras palabras, volver al ministro de los yogures caducados.

En Sevilla, Rajoy continuó con la hoja de ruta, aunque bajó el nivel de sus críticas hacia el PSOE para volver a centrarse en la economía. Aún así, se apoyó en los ajustes de Francia y el aplauso del socialista Martin Schulz a las reformas para afirmar que "los únicos que no se enteran de lo que ha pasado en España son los dirigentes del PSOE". Y, por supuesto, volvió a dar la cara por Cañete: "Conoce Europa, los entresijos, sabe con quién hay que hablar, Tiene experiencia…", apuntaló.

Un acto del que se tuvieron que retirar algunas sillas y en el que la única mención a la polémica la aportó Teresa Jiménez Becerril, que repite en la candidatura europea: "Las mujeres quieren trabajar y no que se hable del machismo", aseveró El presidente, que estuvo acompañado por los dos ministros andaluces, no pisó ese charco.

Pons dice que Cañete durmió poco

En el programa que dirige Isabel Duran en 13TV, Pons -uno de los pocos que ha dado la cara- llegó a admitir que hasta el bache había un "efecto Cañete" en positivo y, de sus palabras, se desprendió que eso se había perdido. Por ello, tras recalcar que un mal día lo tiene cualquiera y que durmió poco y mal, lo que hizo fue poner en valor las cualidades del exministro para el puesto. Por decir, llegó a afirmar que "desde niño" ya estaba destinado a encabezar la candidatura europea.

En el PP, visto que la polémica no amaina y que el candidato está incluso cancelando entrevistas, existen voces que apuntan de nuevo a un "error de estrategia" y que Cañete debió de pedir disculpas. "Es que no ha pedido perdón y, claro, el PSOE lo utiliza", radiografiaba sin medias tintas un alto dirigente popular.

De momento, eso sí, las alarmas no suenan porque los sondeos no son malos. El riesgo sigue estando en la abstención, pero Rajoy cree que ganarán hasta el punto de que espera ser la fuerza más votada en Andalucía. Tras su mitin en Sevilla, el jueves estará en Málaga, todo un espaldarazo para Juanma Moreno, que poco a poco va ganando fuerza. "Los titulares se los va a llevar el presidente y si el candidato muestra su cara más amable le daremos la vuelta a esto", dicen los más optimistas. Pero, de momento, hasta en la propia Génova siguen en ese bucle del que quieren escapar.

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