El 27 de mayo de 1986, un joven torero, Joselito, confirmó la alternativa en Las Ventas de la mano del Faraón de Camas, Curro Romero. En aquella ocasión, presidía la corrida Su Majestad el Rey de España. Así, Joselito, que cuajó una gran corrida y cortó una oreja, pudo brindar su primer toro a don Juan Carlos, y lo hizo pidiéndole que el príncipe Felipe "que es de mi edad" asistiera a la Fiesta para poder brindarle también un toro, añadió el maestro.
El Palco Real en la plaza de toros de Las Ventas no siempre tiene inquilinos, pero hasta ahora, el Rey de España ha sido un entusiasta promotor de la Fiesta Nacional. Así, las Ventas lo despidieron este miércoles con una cerrada ovación, temerosos quizá de que con su salida del trono, el apoyo de Zarzuela a los toros pierda fuerza.
En cualquier caso, lo cierto es que el príncipe Felipe se ha dejado ver en numerosas ocasiones en los toros. Su afición por la Fiesta, definida por muchos como escasa o moderada, no ha impedido que su alteza se haya acercado a disfrutar de la muleta del Juli, el capote de Morante de la Puebla o las raza de Manzanares.
También ha acudido al palco real de la plaza de toros de las Ventas en sustitución de su padre cuando Juan Carlos I no ha podido asistir a la clásica corrida de la Beneficencia, como sucedió en 2009.
Sin ir más lejos, este jueves el maestro Palomo Linares escribe una columna en La Razón en la que agradece que el príncipe Felipe vaya a dar continuidad al apoyo prestado por su padre a la Fiesta Nacional.
Distinto es el caso de su madre, la todavía reina Sofía. De ésta es conocida su nula afición por las corridas de toros. De hecho, únicamente acudió a las plazas, acompañando a su marido, cuando ambos eran príncipes, durante la dictadura franquista. Tras la proclamación de don Juan Carlos como Rey de España, Sofía dejó de acudir. No va siquiera a corridas benéficas.