Este martes 17 de junio se ha celebrado la Junta General Ordinaria de accionistas de Libertad Digital, SA.
En el ejercicio 2013 el grupo Libertad Digital obtuvo 103.000 euros de beneficio consolidando su posición en el mercado como grupo de comunicación independiente y en crecimiento.
Las más de mil personas físicas o jurídicas que componen el accionariado del grupo, han aprobado este martes por unanimidad las cuentas anuales y los acuerdos propuestos por el consejo.
Reproducimos a continuación la Carta del Presidente del grupo, Federico Jiménez Losantos, a los accionistas:
Cuando en el último año del siglo pasado un pequeño grupo de liberales atrincherados en Albarracín fundamos La Ilustración liberal y poco después, al estrenar milenio, Libertad Digital estábamos convencidos de dos cosas: la primera, que las ideas liberales no tenían en España una voz independiente que las defendiera con garra y fundamento; la segunda, que sin las ideas liberales, es decir, sin un sistema de libertades en el que los ciudadanos son iguales ante la ley, el futuro de España pertenecería pronto al pasado.
Pues bien, en 2014, vale más que nunca lo que hemos dicho desde aquel lejano año 2000 y yo repito en cada junta de accionistas: si el grupo de Libertad Digital y esRadio no existiera habría que inventarlo. Pero no es necesario. Con una perseverancia que tiene bastante de cabezonería pero muy poco de obcecación, el grupo de Libertad Digital ha resistido a todos los problemas que hoy afectan a una empresa de comunicación que está voluntariamente al margen de cualquier poder político y que tampoco es una pieza más de ese terrorífico duopolio audiovisual, no por casualidad bicéfalo o bifronte, que ha devorado la ya escasa pluralidad informativa del año 2000, cuando emprendimos la tarea de contar lo que pasa desde una perspectiva liberal en nuestro periódico libertad Digital, día a día, hora a hora y minuto a minuto.
Decía Ortega con esa caprichosa forma suya de equivocarse o de acertar pero de llamar nuestra atención, que cada generación necesita quince años para diferenciarse de la anterior. Si es así, en pocos meses, antes de la próxima junta de accionistas, podremos decir que toda una generación de españoles se ha criado -quiero pensar que incluso educado- en esas ideas liberales tan difíciles de propagar y que tan odiosas resultan a las dos caras de la socialdemocracia que inveteradamente padecemos en el Gobierno, sea con las siglas del PSOE o las del PP. Hay ya en nuestro diario y en nuestra radio, trabajando mucho y cobrando poco, una nueva generación intelectual y periodística que no quiere dejarse engañar por el prestigio histórico de unas siglas ni por lo que los partidos dicen que son, sino que se atienen a lo que hacen, desde el Poder o la Oposición, y critican con fundamento todo lo que se opone a la libertad, la constriñe, la corrompe, la arruina o la entierra. En tiempos de Roma hubo una Cornelia, noble y hermosa pero viuda y que no se casaba con quien no quería, que en la fiesta que cada año servía para que las damas presumieran de sus joyas se presentó sin un solo adorno y con sus dos hijos de la mano, diciendo: "estas son mis joyas". Eso pienso yo, sin ser dama ni Cornelia, viendo a los jóvenes redactores de Libertad Digital o esRadio: "estas son nuestras joyas". Y no las vamos a empeñar.
La crisis nacional y de libertades, especialmente la putrefacción de la Justicia, que padece España ha tenido este año dos episodios que nos han afectado, no en balde eran aliados habituales en la defensa de la libertad: la crisis en Intereconomía y en la dirección de El Mundo. Como prueba de que son síntomas de una enfermedad mucho más grave, las recientes elecciones europeas demuestran que el proceso de liquidación de nuestra nación y nuestras libertades está en marcha. Y que el populismo totalitario es ya la alternativa a un régimen incapaz de enterarse y de reformarse.
Ante este panorama, alguno se dirá: "¿y qué va a ser de nosotros?" Porque en una crisis mediática y política sin precedentes, toda preocupación está justificada y porque se dice –y lo citado parece respaldarlo- que el grupo de Libertad Digital se ha quedado solo. Tan solos como cuando nacimos. Y tan decididos a vivir como entonces. Nosotros creemos en la libertad y en la propiedad. Y mientras tengamos el millar de accionistas que tenemos y mientras seamos capaces de ofrecer, caso único este año en el panorama mediático español, unos modestos pero sólidos beneficios, puedo asegurar que nuestro grupo seguirá siendo una referencia esencial para todos los que en España todavía piensan y para todos los que todavía piensan en España.