A principios de enero de 2013, el Gobierno francés hizo pública su intervención militar en Mali, a petición del propio presidente del país africano, para evitar que los yihadistas se hicieran con el control del país, pues desde su refugio del desierto del Sahel habían ido venciendo a las tropas locales hasta encontrarse ya a las puertas de Bamako, la capital del país.
Pocos días después, el 18 de enero de ese año, el Gobierno español aprobó su apoyo a la misión francesa. El objetivo era facilitar el sobrevuelo y aterrizaje temporal de medios aéreos de países miembros de la Unión Europea y OTAN para favorecer las operaciones de combate antiyihadistas en Mali.
Además, acordó desplegar un destacamento aéreo, compuesto por una cincuentena de militares del Ejército del Aire y un avión C-130 Hércules para colaborar en el transporte de tropas y material bélico en la región, cuya base estaría en la base aérea que las Fuerzas Armadas francesas tienen en Dakar, la capital de Senegal.
El despliegue del destacamento se inició el 26 de enero de 2013 y realizó su primera misión el día 29 del mismo mes. La misma fue un movimiento de tropas y material militar entre las localidades de Dakar (Senegal), Bamako (Mali) y Niamey (Niger), donde los franceses también tienen contingente militar.
Los objetivos principales del Destacamiento Marfil, como fue denominado, eran participar en detener la ofensiva de los yihadistas sobre el sur de Mali, ayudar en la interferencia en las redes logísticas de los terroristas e intentar normalizar la vida de los ciudadanos de las zonas de Mali no ocupadas por los islamistas y sus aliados Toureg.
Además, la participación española tiene una serie de condiciones: no se participan en operaciones de combate directas, no se realizan más de 140 horas de vuelo mensuales, no se trasladan presos ni deportados de ningún tipo, no se evacuan heridos que precisen de asistencia médica, y está totalmente permitida la ‘carga caliente’, como se denomina al transporte de tropas de combate, armas, municiones y material logístico.
Desde ese despliegue inicial, las rotaciones de esta misión han completado 510 misiones, 1650 horas de vuelo, han transportado a más de 4.000 militares franceses y de otros países africanos, han consumido 1.827.000 litros de combustible y han reabastecido en vuelo a otras aeronaves con 10.000 litros de combustible. Unas CN-295 que lo sustituyó posteriormente.
En la actualidad, el Destacamento Marfil está compuesto por 45 miembros del Ejército del Aire y tres de los Cuerpos Comunes (personal sanitario). 44 militares son hombres y cuatro mujeres. De ellos, cinco son pilotos, 18 son personal de mantenimiento de la aeronave, 9 son miembros de la Fuerza de Protección (equipo que proporciona seguridad armada al avión), dos se dedican a las contrataciones necesarias para el destacamento y otros seis realizan labores de inteligencia.