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Violenta arremetida de 'El País' contra el Rey

Antonio Caño: "Se le había pedido utilizar todas las lenguas que se hablan en España".

El director de El País, Antonio Caño, escribe un artículo muy crítico contra el acto de Proclamación y el discurso del nuevo Rey. Después de ser el primero en exigir una ceremonia austera en un editorial de su periódico tras la abdicación de don Juan Carlos, ahora critica Caño que "varios colegas de otros países se vieron sorprendidos por la austeridad casi espartana de la ceremonia, la escasez de banderas, de público en las calles, la ausencia de líderes extranjeros, la contención de los gestos, la sencillez del acto en el Congreso y la brevedad y sobriedad del discurso del Monarca". El País echando de menos banderas, quién lo iba a decir. "Es obligatorio decir que la jornada de proclamación del nuevo Rey resultó deslucida".

No obstante, lo que le escuece particularmente a Caño es el discurso. "Fue pobre, carente de la trascendencia y solemnidad del momento. Estoy convencido de que las cualidades de Felipe VI exceden con mucho a la calidad de su intervención ante las Cortes", de la que responsabiliza al Gobierno, "último responsable" de los mensajes del Rey.

"Pronunciar un discurso sin riesgos produce el efecto de decir poco", dice el director de El País. "En todo caso, Felipe VI dijo menos de lo esperado", lo que "causó cierta frustración en otros círculos -se le había pedido, por ejemplo, utilizar todas las lenguas que se hablan en España- y, en su conjunto, transmitió al proceso de relevo en el trono un aire de fragilidad y vacilación que podía haberse evitado. Fue un discurso simple, correcto, pero débil, sin la relevancia requerida. En resumen, una ocasión perdida", dice. "Afortunadamente para él", dice como a modo de advertencia, "este es solo el primer día de su reinado. Es a partir de ahora cuando tendrá que demostrar su auténtica valía, su utilidad, el importante papel que se le tiene reservado. El Rey lo sabe de sobra". Además, le reprocha no haber "adornado" sus palabras "con una mayor carga emocional y altura retórica". Tras el rapapolvo, le perdona la vida. "Cabe decirse en su descargo que cualquier exceso en ese sentido podría haberse vuelto en su contra en un país que está para poca poesía".

Concluye Caño con una exigencia al Rey imposible y contradictoria. Que dé "pasos que prueben que este es un país en el que caben todos, incluidos los que no se sienten españoles, y que la ley está al servicio de todos, también de los que se quieren separar de España, siempre que ejerzan sus derechos sin atropellar los derechos de los demás".

En su editorial de este viernes, el diario de Prisa insiste en sus críticas por el asunto catalán. "Tuvo particular valor su defensa del 'patrimonio común' de todas las lenguas de España, momento en el que mencionó a un poeta de cada una de ellas: Machado, Espriu, Aresti, Castelao". Sin embargo, esto, para El País, no fue suficiente. "Se observa un intento de sofocar incendios sobre recentralizaciones lingüísticas, lanzar guiños a los nacionalistas y realzar que el catalán, el euskera o el gallego también son lenguas plenamente españolas. Sin duda provocador para los centralistas pero demasiado poco para quienes, sin ser nacionalistas, quieren oír en su lengua propia las razones que les hagan creer en una de las frases que pronunció con mayor énfasis: en España "cabemos todos". Lo remató con un agradecimiento -dio las gracias en todas las lenguas- escaso para los que esperaban un mayor uso de esas lenguas españolas por parte del Monarca". El diario de Prisa considera "positivo" que el discurso hiciera alusión a "grandes acuerdos", pero "se hubiera agradecido un mayor énfasis en esto último".

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