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El catalán ya es obligatorio hasta para trabajar de barrendero

La erradicación del español en Cataluña llega a los pliegos de condiciones para las concesionarias de las recogidas de basura y reciclaje.

La obsesión administrativa por imponer el catalán es de tal calado que no deja una sola actividad humana al margen de sus normas. Todo el mundo debe utilizar el catalán en público si su puesto de trabajo está relacionado, aunque sea de manera remota, indirecta, temporal o casual, con la Generalidad, los ayuntamientos, las diputaciones y los consejos comarcales. Ningún ámbito escapa del celo de los comisarios lingüísticos, nadie está libre de las disposiciones en materia de uso del catalán. Y la orden es clara: "El personal del servicio utilizará el catalán como lengua de relación preferente y habitual con los usuarios del servicio".

Esta frase es habitual en los contratos, pliegos de condiciones y documentos oficiales de todas las administraciones, así como en las órdenes internas a prestatarios de servicios como el de las ambulancias públicas. Pero la orden no sólo afecta a las áreas de la justicia, la salud o el funcionariado en general, sino que llega hasta realidades laborales insospechadas hasta hoy, como la recogida y tratamiento de las basuras.

El "pliego de prescripciones técnicas para contratar el servicio comarcal de recogida de basuras del Bages" para 2014 es el último ejemplo de la estricta burocracia lingüística fruto de tres décadas de manipulación de la realidad social catalana. Así, el "Consejo Comarcal", presidido por el alcalde de Manresa, impone que la empresa que pretenda hacerse con el suculento contrato no sólo debe garantizar que cumple los criterios habituales en esta clase de actividades, relativos a los horarios de recogida, almacenamiento, selección y reciclaje de las basuras sino que deberá garantizar de manera innegociable el uso del catalán entre sus empleados, sean ingenieros, conductores del camión de la basura o barrenderos. Así lo especifica la cláusula 6.9, página 26, del extenso documento. Se trata del capítulo "Imagen del servicio" y tras señalar que el concesionario debe velar por la seguridad en el trabajo, la uniformidad y limpieza del vestuario, de los materiales y vehículos, cierra dicho apartado con un ejemplo de lingüística aplicada. Bajo el epígrafe "Idioma", el requisito aparece meridiano:

"El personal del servei utilitzarà el català com a llengua de relació preferent i habitual amb els usuaris del servei".

De esta manera, la Generalidad y los ayuntamientos pretenden consolidar el catalán como idioma único y de esta manera también, quien aspire a un puesto de técnico en recogida de residuos urbanos debe demostrar un dominio del idioma similar al de un director de comunicación de la Generalidad o una telefonista del ayuntamiento de Manresa, capital de la comarca relativa al pliego de condiciones.

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