El Mundo es es único que no manifiesta gran interés por Pujol en portada. Abre con una entrevista a Pedro Sánchez. "Debemos anteponer los intereses de España a los intereses de los partidos". Que politiqués más depurado habla este chico, que diría Amando de Miguel. Sobre el caso Pujol, dice que "Ruz investiga a Jordi Pujol Ferrusola por una comisión de 9,7 millones en México". "Mas anuncia el destierro de Pujol", dice después de que le hayan retirado el Molt Honorable. "El fundador de Convergencia renuncia a sus cargos, a sus privilegios y a sus títulos". Dice Victoria Prego que Pujol y familia son "una banda organizada que se ha cobijado bajo la bandera del independentismo para poner a salvo el dinero robado". Un "abuelo traficante de divisas, un hijo evasor del fisco al tiempo que constructor de Cataluña, nietos delincuentes e independentistas. Toda una saga". ¿Para cuándo una serie? La trama promete.
Carmen Rigalt tiene un estocolmo que precisa cirugía urgente. "Es triste vivir tantos años de faro moral de Cataluña y acabar como un mezquino contador de billetes", dice. Pujol ha quedado "convertido en marioneta por la codicia de su familia (no perdamos de vista a Ferrusola, la matriarca que lo empujaba al abismo), hoy se muestra a Jordi Pujol como un vulgar trincón expuesto a la ira de las tertulias, donde los participantes tiran a dar como en las barracas de feria". Muchacha, háztelo mirar, esto tiene muy mala pinta.
La Razón dice que "Pujol alegará motivos de salud para no comparecer en el Parlament". "El Molt Honorable deja de serlo tras renunciar a sus cargos y privilegios ". Dice Marhuenda, ahora insaciable tras disculparse por haber defendido a Pujol, que no basta con la "muerte civil para responder a la gran responsabilidad contraída por CiU con los ciudadanos de Cataluña. Tiene que facilitar una comisión de investigación parlamentaria". Iñaki Zaragüeta es mucho más realista. "Con toda probabilidad, se irá de rositas. Entre la amnistía fiscal, la prescripción, la autoinculpación y demás, él y su troupe seguirán disfrutando de su dinero y hacienda. Eso sí, instaurando un nuevo lema 'más vale barcos sin honra , que honra sin barcos'". Una versión más poética del ande yo caliente, ríaese la gente.
"El clan Pujol cobró doce millones en comisiones con facturas falsas", dice ABC. "La confesión de Jordi Pujol ha confirmado que el nacionalismo en Cataluña es una mezcla de ideología y profesión delictiva". Los casos de corrupción, dice el editorial, "son la marca de la casa, una distinción de origen propia de regímenes basados en la endogamia política, agravada por el nepotismo". Y el nacionalismo burgués está que rabia porque "no es posible acusar a España de lo que está pasando. El proceso separatista en Cataluña ya no es el mismo". Yo no me las prometería tan felices. David Gistau se pone preguntón. "Si de verdad todo se sabía y durante tres décadas hubo impunidad para Pujol, la última pregunta que me hago hoy es la más incómoda. ¿Por qué ahora sí? ¿Por qué a Pujol no le sucedió nada cuando era un personaje vertebral de la Transición con prestigio de estadista clave, y en cambio le sucede todo ahora que en la vejez se ha propuesto demoler la Constitución? ¿A esto se referían los que avisaron a Mas de que, tarde o temprano, el Estado cae con todo su peso encima de los que los desafían?". Se apresura Gistau a dejar claro que él no tiene nada que ver con los irreductibles de Pujol. "Conste que no me extraña que lo investiguen ahora, sino que no lo hicieran antes, que dispusiera de una patente de corso para robar mientras fuera útil en el cotarro".
El País abre con la reunión que celebrarán hoy Mas y Rajoy. "Mas suaviza su postura ante una reunión marcada por el caso Pujol". Además, nos regala hoy la enésima encuesta que les dice que "la mayoría acepta una reforma de la Constitución para evitar la consulta". ¿Será otra de verdad o la misma de todas las semanas recauchutada? Eso sí, tenaces, insistentes, perseverantes son. Más pesados que una vaca en brazos. Está el diario de Prisa desconocido con el caso Pujol. Ni ataca a El Mundo, ni desacredita a la policía, ni se lanza a la yugular del juez para defender al delincuente. Están perdiendo facultades. "Pujol deja de ser Molt Honorable", "pierde la oficina, el sueldo y el coche oficial". "El juez recibe un demoledor informe de las supuestas 'mordidas' del hijo de Pujol", en referencia a Jordi Pujol Ferrusola, el hermano del casero de El País. "Una trama como 'capas de cebolla' para ocultar al beneficiario de la comisión". "La UDEF destapa el mecanismo de fraude para beneficiar a Pujol Ferrusola". ¡La UDEF!, ¡bendito sea Dios! ¡El País hablando de la UDEF y no para ponerla como un trapo! Cómo cambia el cuento. En largo editorial, dice que "sin Pujol no habría Mas, y sin el aval del expresident no hay operación soberanista con vocación mayoritaria", pero le dice a Rajoy que no se equivoque. "Si el error del soberanismo sería creer que la caída de la casa Pujol no afecta para nada al proceso independentista, el PP cometería un error simétrico si piensa que puede aprovechar el escándalo Pujol para pasar página. El problema de fondo persiste". Y le pide a Rajoy que sea misericordioso. "Tiene la oportunidad de abrir el espacio para el diálogo democrático, con altura de miras, en vez de ceder a los que están tentados de aprovechar la debilidad del adversario para estrangularlo". ¿Y por qué no? Yo no veo dónde está el problema.
Para La Vanguardia "Pujol deja de ser honorable". Está el periódico tan desolado que hasta lleva el editorial en portada "El derrumbe de un mito". "Cataluña vivió ayer un día histórico", dice al borde de las lágrimas. "Las reacciones políticas y ciudadanas han ido en pocas horas de la consternación a la decepción, pasando en muchos casos por la indignación". Ha dejado, "un cierta sensación de orfandad", dice con cara de funeral. "Mas ha optado por enterrar el pujolismo. Un muy triste colofón a toda una vida dedicada a la construcción del nacionalismo catalán". Salvo en sus ratos libres, que se dedicaba a trincar y llevarse la pasta. A juzgar por las cantidades, para mí que le dedicaba más horas a lo segundo que a lo primero.