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La extrema izquierda se manifiesta en Madrid para llamar nazi a Israel

Unas 2.500 personas se han manifestado en Madrid en "solidaridad con Palestina" en una protesta en la que han abundado los insultos a Israel.

Convocados por un amplio abanico de organizaciones y partidos políticos en su mayoría de extrema izquierda, unos 2.500 manifestantes se han reunido este jueves en Madrid para una protesta "en solidaridad con Palestina".

La manifestación ha discurrido sin mayores incidentes entre la plaza de Tirso de Molina y la Plaza Mayor -separadas por unos cientos de metros- y se ha detenido también durante un tiempo frente al Palacio de Santa Cruz, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación.

Los manifestantes, que portaban algunas banderas palestinas y muchas más comunistas, han proferido gritos en contra de Israel, acusando al estado israelí de terrorista y asesino. También se han podido ver pancartas, algunas muy celebradas por los presentes, en las que se llamaba nazi a Israel.

"Hay que acabar con todos los judíos"

Tras pasar unos minutos detenida frente al Ministerio de Exteriores –donde se ha llegado a pedir tímidamente la dimisión del ministro García-Margallo, la manifestación ha seguido su camino para cubrir los escasos metros que la separaban de la Plaza Mayor.

Ya en la entrada de la plaza se ha podido escuchar a uno de los manifestantes gritar "hay que acabar con Israel y con todos los judíos", grito que ha sido respondido tímidamente por otro de los presentes que ha dicho que "eso es racismo". Nadie ha dicho nada, por el contrario, en las numerosas ocasiones en las que se ha gritado "¡Intifada , Intifada!", en referencia a los dos levantamientos palestinos que costaron miles de vidas, muchas en ataques terroristas suicidas.

Del mismo modo, pese a pedir en muchas ocasiones "libertad para Palestina", no se ha visto ni oído mención alguna a Hamás, la organización terrorista que ha impuesto una brutal dictadura en la Franja de Gaza desde hace años.

La manifestación, que hacía el recorrido muy desperdigada y con muchos espacios entre los distintos grupos que la componían ha terminado tal y como estaba previsto en la Plaza Mayor, junto a la estatua de Felipe IV.

Lo más llamativo del final de la convocatoria han sido los gritos que las personas en la cabecera dirigían a los que venían detrás para que se uniesen en un único grupo, en un vano intento de aparentar una asistencia mayor: "Hay que llenar la plaza", decían a través de los megáfonos.

El último acto de la manifestación ha sido una pequeña performance en la que con unas muñecas y un bote de pintura roja se ha recordado a los niños muertos durante la actual operación militar israelí.

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