El Mundo cuenta cómo le fue a Sánchez en su primer encuentro personal con Mas. "Mas advierte a Sánchez que hará la consulta pese al TC". ¡No! Pedazo de sorpresa. "Se mostró inflexible en su decisión y rechazó el apoyo del PSC. El líder del PSOE le recuerda que es ilegal y que tendrá a su partido en contra". Casimiro García Abadillo descubre que no hay nada que hacer y se lleva un disgusto morrocotudo. "Mas prefiere pasar a la historia como mártir del nacionalismo antes que como hombre de Estado (…) Parece decidido a lanzarse al abismo antes que permitir que ERC lo acuse de pusilánime". No me extraña. Pusilánime es lo mínimo que le va a llamar Junqueras como se eche atrás, Casimiro, y ese señor da mucho miedo, yo también elegiría lanzarme al abismo, creo.
Sin movernos del asunto catalán, habla de la reunión de Rajoy con Rosa Díez. "El Gobierno no está sólo en la defensa de la nación española". Dice Carmen Remírez de Ganuza que "no quedó muy claro ayer si fue Rosa Díez quien hizo un favor a Mariano Rajoy o si fue más bien el presidente, al aceptar la cita en apenas 24 horas y dar visibilidad a la líder de UPyD en su momento mas comprometido". Lo que sí le quedó claro, y eso sí que es preocupante, es que la reunión fue "amigable". Si Rajoy y Rosa se hacen amigos es que la cosa se está poniendo seria de verdad.
El País también constata que "Pedro Sánchez ve a Mas decidido a convocar la consulta a toda costa". Ahí han estado espabilados. Cuenta que fue el recién estrenadito líder socialista con un cesto lleno de cosas. Que si una "reforma constitucional", que si "un mayor reconocimiento de las competencias", que si "una mejora sensible de su sistema de financiación", pero nada, el otro erre que erre, "escuchó esa propuesta pero no mostró interés". Eso sí, muy educado, "agradeció el ofrecimiento" del PSE a sostenerle en el Gobierno si rompe con ERC, "pero tampoco concretó si iba a optar por esa vía". Total, que Pedro se volvió por dónde había venido compuesto y sin novio. El periódico de Prisa tira hoy varios tiestos a la cabeza de Pujol. "Convergencia, acorralada por la creación de una comisión de investigación sobre Pujol". "La justicia indaga sobre los hermanos de otro dirigente de CiU por blanqueo". "La querella de Podemos espera juez". Josep Ramoneda cree que lo que hace el PP con Pujol está feo. "El PP se encontró el 25 de julio con un regalo inesperado y está dispuesto a aprovecharlo", eso es una "miserable estrategia". Y es que él se ha acercado a alguna Diada y ha visto que "el referente del independentismo ya no es Mas, sino Junqueras". Es más, lo mismo los nuevos independentistas sólo conocían a Pujol por las estatuas.
La Razón titula que "Mas rechaza la oferta de Pedro Sánchez y dice que no hay plan B". Toñi Bolaño da detalles de a cómo está el kilo de independentismo. Carísimo, oiga. "Los socialistas catalanes estarían dispuestos a dar un paso y aportar estabilidad al gobierno catalán si ERC le da la espalda (…) El gobierno popular vería con buenos ojos esta opción, a la vez que abrirá la negociación en las 23 carpetas que Mas le entregó a Rajoy en la pasada reunión en La Moncloa". "Con un añadido", dice Bolaño, algo así como el mechero que te regalan cuando compras un cartón de tabaco, "Rajoy podría estar dispuesto a convocar la comisión de la reforma constitucional depués del 9 de noviembre". Dice Bolaño que es como el encaje de bolillos. "Si Mas quiere deshacer el nudo y desenredar la madeja, el PSC está dispuesto a poner los alfileres para sujetar al Gobierno catalán, y el Gobierno español está por la labor de poner la almohadilla". Tantas eran las ganas de deslumbrar a Mas, que "Sánchez acudió a la cita con los hilos y la almohadilla que le ha prestado Rajoy y con ovillos nuevos", ahí es nada. No está mal, pero Mas todavía tiene tiempo para sacar alguna cosilla más. Normal que se resista.
ABC lleva la contraria a todos y dice que "Mas piensa en un adelanto electoral para que no le salpique el caso Pujol". Que "la consulta no se celebrará". "Mas lo reconoce en privado, mientras que en público insiste en que el pueblo catalán será consultado, pero la consulta no se realizará". Que el muy pillo, con "la ambigüedad de la frase esconde que los catalanes votarán, pero en unas autonómicas con carácter plebiscitario o no". Claro, que también dice que la propuesta de reforma constitucional de Pedro Sánchez fue un "brindis al sol porque Artur Mas no parece dispuesto a variar el rumbo, aunque le lleve directamente al abismo". A ver si nos aclaramos.
La Vanguardia no abre con la reunión entre Mas y Sánchez, aunque tiene el detalle de dedicarle la foto de portada con un lindo pie. "Dos horas de reunión y buena sintonía". Es el único periódico que titula por la oferta de Sánchez en lugar de por el portazo de Mas. "Sánchez ofrece a Mas reformar la Constitución para evitar la fractura". "El Gobierno agradece la actitud pero mantiene el rumbo hacia el 9-N". Fernando Ónega, como Ramoneda, advierte de que el PP se "ensañará con Pujol, lo expondrá en la plaza pública, lo someterá al escarnio" y "no habrá piedad" con él. "Sólo hay un pequeño fallo en la estrategia: que se favorezca a Esquerra y ese independentismo sí que es radical". Ahí me has cogido, Ónega. ¿Cuál es la diferencia cuando dice Mas que la consulta se hará sí o sí diga lo que diga el TC y cuando dice Junqueras que la consulta se hará sí o sí diga lo que diga el TC? Es que no lo pillo.