El hombre detenido este miércoles en Santander, Antonio Ortiz, acusado de ser el conocido 'pederasta de Ciudad Lineal', que ha tenido en vilo a buena parte de la capital durante algo más de un año, era un hombre de 42 años, aunque con apariencia de tener algunos menos, que residía en esta zona del noreste de la capital y que se movía también a la perfección por otros barrios como San Blas, Hortaleza o Moratalaz.
Vivía de forma habitual en una habitación de la vivienda de su madre y también tenía a su disposición una vivienda familiar en el mismo barrio que se encontraba vacía, y que utilizaba para llevar a cabo sus supuestas actividades delictivas con menores.
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, informó este martes de que ya contaba con antecedentes penales por un delito similar. No en vano, cumplió una pena de siete años de prisión por agredir a una menor de 6 años durante la década de los noventa del siglo pasado. Pero este no era su único historial, ya que también tiene antecedentes por secuestro, retención ilegal, robo y robo con violencia.
Destacó que el arrestado había mantenido relaciones con organizaciones vinculadas al crimen organizado, aunque no detalló más datos sobre esta cuestión. Asimismo, señaló que el presunto pederasta tenía relación laboral con un empresario dedicado a la compra-venta de vehículos de segundo mano, por lo que tenía fácil acceso a un importante número de coches.
De carácter violento, según las investigaciones policiales, compatibilizaba sus incursiones en la compra-venta de coches con la de tecnología, y pasaba muchas horas dedicado a sus aficiones principales: el culturismo y las artes marciales.