El Gobierno quiere poner fin a la polémica que genera el rechazo en frontera que las Fuerzas de Seguridad hacen en las vallas fronterizas de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla y que algunas ONGs y formaciones políticas de izquierdas califican para desgastar al Ejecutivo de Mariano Rajoy como "devoluciones en caliente", una práctica que no se ajusta a la legalidad en la legislación española.
Para ello, el PP ha registrado una enmienda en el Proyecto de Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana, que en estos momentos se encuentra en trámite parlamentario en el Congreso de los Diputados, exactamente, en el apartado sobre derechos y deberes de los extranjeros en España, para asegurar jurídicamente la "especial singularidad", que se da en estas dos zonas, donde se encuentran las fronteras físicas con mayor diferencia de renta económica del mundo.
La enmienda pretende que se añada una disposición adicional décima a la nueva norma legal con el objetivo de reconocer la singularidad de estas dos fronteras terrestres, "ejemplificada, entre otros, por el hecho de que constituyan las únicas fronteras terrestres de la Unión Europea en territorio africano y cuenten con un especial tratamiento en el ordenamiento jurídico comunitario".
En el texto de la misma, se dice textualmente que "los extranjeros que sean detectados en la línea fronteriza de la demarcación territorial de Ceuta y Melilla, intentando el cruce no autorizado de la frontera de forma clandestina, flagrante o violenta, serán rechazados a fin de impedir su entrada ilegal en España".
Según ha explicado este miércoles el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, desde la denominada crisis de las vallas en el año 2005, con el PSOE en el Palacio de La Moncloa, la Guardia Civil aplica "un concepto operativo de rechazo en frontera" que "no es devolución en caliente, que es ilegal", porque "para que se pueda devolver (un inmigrante), tiene que haber entrado".
Ha resaltado que el rechazo en frontera debe hacerse compatible con el principio humanitario y, para ello, los agentes están permitiendo que los inmigrantes bajen de las vallas y pisen la playa si llegan por mar para preservar sus vidas, pero si en ese mismo instante son atrapados por las Fuerzas de Seguridad y no consiguen llegar hasta la ciudad y son frenados por el dispositivo de la frontera se considera que han sido rechazados en la frontera.
En esta línea, ha señalado que estos inmigrantes que han sido rechazados en la frontera y no han conseguido entrar en el país, por lo que son entregados a Marruecos, país que no acepta en ningún caso a inmigrantes ilegales que han consumado el intento de entrada en España,