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Rajoy confirma, tres días después del 9N, que no hará nada

Rajoy no quería comparecer y se ha notado. Muchas contradicciones e incoherencias, para concluir que seguirá sin hacer nada.

Forzado por las críticas por su mutismo tras el 9N, Mariano Rajoy ha comparecido ante la prensa este miércoles en la Moncloa. No estaba previsto y se ha notado. El relato del presidente del Gobierno ha estado plagado de incoherencias y contradicciones. Si algo ha quedado claro es que el presidente no tenía la menor intención de dar la cara y lo ha hecho a regañadientes, ante el pánico de un partido en caída libre en las encuestas y el malestar creciente de la opinión pública.

Lo sustancial de la comparecencia ha sido la defensa de Rajoy de la indolencia de su Gobierno frente al golpe separatista. Explicó que lo mejor era no hacer nada y confirmó que el Gobierno seguirá sin hacer nada.

"Les dije que ese referéndum no se celebraría y no se ha celebrado", arrancó el presidente, en alusión a lo que se vio el domingo en Cataluña. Según dijo, lo que ocurrió fue "un simulacro electoral", sin censo ni interventores. Un "acto de propaganda", distinto a otros porque se celebró "incumpliendo las resoluciones del Tribunal Constitucional".

A partir de ahí, Rajoy no ha hecho otra cosa que contradecirse. Y es que toda la comparecencia ha girado en torno a un referéndum que, según el presidente, no existió, en base a una resolución del Tribunal Constitucional que había que cumplir e incumplir, al mismo tiempo. Estas son algunas de las contradicciones más clamorosas:

  • Rajoy valoró los resultados de algo que, previamente dijo que no había existido. Así, dijo que el referéndum constató el "fracaso" de los nacionalistas, y lo hizo basándose en los datos ofrecidos por la Generalidad. "Esperaban una participación masiva" y "dos de cada tres ni siquiera se han molestado en participar". Esto, en su opinión, "ha mostrado la debilidad del proyecto independentista".
  • Después, dijo que no entraría en la valoración de unos datos "que carecen de credibilidad", cosa que ya había hecho anteriormente. Para, a continuación, volver a hacerlo de nuevo: "En Cataluña hay más catalanes que independentistas. Cataluña es plural. Mas no puede llevar a cabo su objetivo sin provocar una fractura y sin afectar gravemente la concordia y la paz social".
  • En varias ocasiones, Rajoy recordó que su obligación era defender la Constitución. Hasta que se le preguntó por la aplicación del artículo 155 (que suspendería la autonomía de Cataluña). En concreto se le cuestionó "¿qué más tiene que pasar en Cataluña para que el Gobierno aplique el 155?". En ese momento, lo fundamental ya no era la Constitución, sino las resoluciones del Tribunal Constitucional, el tribunal que vigila (o esa era su función inicial) el cumplimiento de la Constitución. Tras un largo circunloquio, Rajoy defendió "la proporcionalidad" en la actuación del gobierno y los jueces al no impedir el referéndum. Dijo que "otras medidas iban a generar más tensión y dificultades", en clara alusión al 155 y que él hizo "lo que tenía hacer" al recurrir al Tribunal Constitucional y que éste había dicho que el referéndum no se podía celebrar. De modo que Rajoy sostuvo, al mismo tiempo, que su obligación era recurrir al TC, que el referéndum era "ilegal" porque así lo había dicho el Tribunal, pero que impedir que se celebrase el referéndum, tal y como dijo el TC, era "desproporcionado".
  • Rajoy confirmó que envió a Pedro Arriola a reunirse con Joan Rigol (CiU) y José Enrique Serrano (PSOE), dejando a los pies de los caballos al PPC, que había negado por activa y por pasiva, la veracidad de dichas negociaciones. Es más, Rajoy lamentó que estas negociaciones, a las que envió a su asesor áulico, no lograsen evitar lo que, según él, carece de ningún valor. ¿Por qué, entonces, tanto interés en impedirlo, enviando a tu principal asesor y hombre de confianza?
  • Desde el PP de Cataluña se explicó que la Fiscalía iba a inhabilitar a Artur Mas en dos meses. Al respecto, Rajoy dijo en varias ocasiones que él "no sabe" en qué consistirá la querella y que no ha dado "ninguna instrucción en este sentido". De modo, que el presidente del Gobierno no tiene ni idea de qué va a hacer la Fiscalía que nombra y maneja a su antojo, pero sí lo sabe el PP de Cataluña.
  • "Respeto las decisiones judiciales y me gustaría que la gente hiciera lo mismo. No puedo opinar", dijo Rajoy. Pero, poco antes, había justificado el no hacer para impedir el referéndum: "He hecho lo que había que hacer. La proporcionalidad y la mesura es muy importante en cualquier faceta de la vida". Es decir, "respeto a las decisiones judiciales" por un lado, y "proporcionalidad y mesura" para no cumplir la resoluciones judiciales, por el otro.

"¿Qué va a ocurrir ahora?", se le preguntó al presidente. Básicamente, la respuesta fue que el Gobierno seguirá sin hacer nada, como hasta ahora. "Mas ha sugerido que reanudemos el diálogo", a lo que "nunca me he negado", dijo en respuesta a la carta que le ha enviado el presidente catalán. Pero "todo diálogo ha de enmarcarse siempre en los límites que establece la Constitución y las obligaciones de mi cargo. Que nadie se llame a engaño. Lo que quiere Mas es imponerme la celebración de un referéndum de verdad, definitivo".

"Si el señor Mas pretende que nos saltemos el primer artículo de la Constitución va a tener la misma respuesta que ha tenido siempre". Si Mas quiere modificar la Constitución y "liquidar la soberanía nacional tiene todo el derecho, debería haber comenzado por ahí", y le instó a llevar al Parlamento una reforma constitucional. "Ese es el único camino legal y responsable". El problema de Mas para emprender "ese camino", señaló el presidente, es que "no tiene apoyos".

Por último, Rajoy se dirigió directamente al PSOE: "Si alguien quiere reformar la Constitución debe decirlo con claridad y decir en qué consiste, no sacar conejos de la chistera. Que concrete y haga una propuesta, estoy dispuesto a escucharla. Pero que no me diga que la plantee yo porque el Gobierno no la ve. Que la presente, se lo digo claramente al PSOE".

Rajoy insistió en que su Gobierno defendió la legalidad y que el domingo "actuó de manera proporcionada para evitar más tensión. "Hemos estado donde teníamos que estar y el Gobierno ha hecho lo que tenía que hacer". Es decir, no hacer nada. Y concluyó dejando claro a Mas que no va a firmar la convocatoria de ningún referéndum de autodeterminación ni negociará la soberanía nacional. "De ninguna manera. Se lo digo a los que fueron a votar, a los que no fueron a votar y a los ciudadanos de toda España". Claro que también dijo que el 9N no se iba a votar.

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