Tras la primera impresión y la resaca del 9N afloran los datos y las certezas sobre el mayor pucherazo de la historia de la España democrática. Hasta en los más partidarios del "derecho a decidir" afloran dudas. Los funcionarios de la Generalidad que coordinaron el referéndum no tienen ningún problema: cumplieron órdenes. Sus nombres y teléfonos particulares estuvieron expuestos durante días gracias a la "neglicencia" de Artur Mas y del consejero de Empresa y Ocupación, Felip Puig, el mejor amigo del primogénito de Pujol, (Jordi Pujol Ferrusola) según Victoria Álvarez, ex novia del "hereu". Cuando se constató que la Fiscalía había hecho acopio de direcciones y teléfonos particulares, la Generalidad decidió cancelar la página en la que quedaban retratados y fichados sus funcionarios de confianza, los responsables ejecutivos del 9N, los más de cuarenta responsables comarcarles de organizar y coordinar el referéndum. Los fiscales de Cataluña ya han determinado que ni los "voluntarios" funcionarios ni el propio Mas han cometido delito alguno. El 9N, desde el punto judicial, ya está resuelto. No ha pasado nada.
Sin embargo, algunos voluntarios comienzan a mostrar su decepción y malestar. No sólo por el aprovechamiento político del evento por parte de Mas en detrimento de Junqueras y la Assemblea Nacional Catalana (ANC), sino por el abandono de la Generalidad, la esterilidad de sus desvelos y las groseras trampas llevadas a cabo en la peculiar jornada. Las irregularidades fueron tan manifiestas, constantes y reiteradas que hasta personas educadas en el nacionalismo, en la exclusión del español y de España muestran su extrañeza y malestar vía digital. Es el caso,entre otros, de un estudiantesde periodismo en la facultad de los Jesuitas de Barcelona. El joven se presentó voluntario en una de las mesas electorales de Barcelona convencido de que prestaba un servicio a la comunidad. Tras el intenso y agotador 9N, el muchacho decidió plasmar sus impresiones en su propio blog.
En su reportaje, este estudiante de periodismo destaca seis irregularidades en el 9N y relata su particular jornada, un testimonio entre la confianza traicionada, el desencanto, el desengaño y la frustación. Aporta seis razones, seis, por las que el referéndum de Mas, a su juicio, ha sido una estafa precisamente para quienes más ilusión, horas y esfuerzo pusieron en su organización.