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Los productores de Codorniu reniegan de los familiares que repartieron la propaganda del 9N

Diez años después de que Carod-Rovira provocara el boicot al criticar las aspiraciones olímpicas de Madrid, el sector del cava aún se resiente.

La competencia es feroz y la situación política tan volátil e inestable que cualquier rumor, malentendido o comentario puede degenerar en un daño irreparable para las marcas catalanas. Desde que el exlíder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, instara al boicot contra la pretensión de Madrid de celebrar unos Juegos, unas declaraciones de las que el próximo día 26 se cumplen diez años, algunos productos catalanes y en especial sus cavas y vinos han sufrido altibajos en sus ventas fuera de Cataluña que los empresarios relacionan con la política, con la tensión nacionalista y con la imagen negativa y excluyente que proyectan los políticos separatistas.

La última prueba de esta situación es un documento que la página dolçacatalunya.com exhibe en exclusiva. Se trata de un comunicado interno del grupo Codorniu en el que sus actuales gestores niegan cualquier vinculación con el referéndum del 9N. "Nuestra compañía no ha pagado la propaganda del 9N y el grupo Codorniu es completamente ajeno a las actividades emprendidas por la empresa de mensajería Unipost". La carta alude al reparto de propaganda del 9N en todos los hogares de Cataluña, con los nombres y apellidos de los destinatarios.

Unipost, a la que la Generalidad facilitó datos censales, es propiedad de los Raventós. El presidente de esa sociedad, Anton Raventós, fue hasta 2009 director de producción de las bodegas, pero en la actualidad, el consejero delegado de Codorniu, Xavier Pagès (aunque la nota la firma como Javier Pagés) niega cualquier vínculo empresarial, más allá de los familiares. En la página dolçacatalunya.com se recomienda a los responables de Codorniu que hagan como el presidente de Freixenet, José Luis Bonet, firme y público partidario de la unidad de España, si quieren evitar que los negocios de una parte de la familia empañen la dedicación de la empresa a los vinos y su éxito comercial en el resto de España.

Hace diez años, Carod-Rovira pidió que ninguna administración catalana ayudara a las autoridades de Madrid y del Estado en su empeño olímpico para la capital de España. Fue una "reacción en caliente", se justificó, porque la Federación Internacional de Hockey sobre Patines (el deporte preferido del histórico presidente del COI José Antonio Samaranch) negó la inscripción de una federación catalana al margen de la española. Esa negativa dio paso a una escalada de declaraciones por parte de Carod. CiU responsabilizó directamente a ERC de la posterior caída de ventas de cava en el resto de España.

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