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Rajoy, al rescate de la SER

En su esperado discurso en Barcelona, Rajoy ha cargado expresamente contra las amenazas de Mas "a tres radios", SER, Cope y Onda Cero.

El presidente del Gobierno, en su fugaz visita a Barcelona -ciudad que ha pisado casi exclusivamente el tiempo que ha tardado en dar su esperado discurso- ha criticado al gobierno de Artur Mas por "amenazar a los medios de comunicación", concretamente, se ha referido a "tres radios".

Con estas palabras, Rajoy hacía referencia a esa denuncia de Artur Mas contra SER, Cope y Onda Cero, por no haber emitido la propaganda del 9N que impuso la Generalidad. Lo hizo ordenando a su secretario de Comunicación, Josep Martí, que instase al CAC a a multar a las radios privadas que no emitieron su campaña propagandística sobre el desafío separatista del 9N.

Llaman la atención las palabras de Rajoy, ya que el hostigamiento de la Generalidad a periodistas y medios de comunicación independientes no es algo nuevo pese a que el presidente no lo hubiera mencionado ates. Sin ir más lejos, encontramos el precedente inmediato en el informe que elaboró el órgano censor de la Generalidad de Cataluña, el CAC, para tratar de juzgar a Federico Jiménez Losantos, Gabriel Albiac y Herman Tertsch, entre otros, el pasado año por sus opiniones al respecto de las exhibiciones de masas nacionalistas. Una denuncia que fue instigada por el consejero Homs "en representación del pueblo de Cataluña" y por "atentados contra el honor del pueblo de Cataluña".

En aquel momento, ningún miembro del Gobierno mostró su apoyo a los comunicadores denunciados ni criticó a Mas y los suyos por arrogarse la representación del pueblo de Cataluña en su totalidad para cargar contra comunicadores independientes que no se pliegan al férreo control que pretende mantener la Generalidad sobre radios, periódicos y televisiones en Cataluña. Sólo a preguntas de Libertad Digital sobre la denuncia concreta del CAC contra Federico Jiménez Losantos y otros periodistas, el presidente del Gobierno dijo que se trataba de "un disparate" que confiaba en que no quedara "en nada".

Además, las declaraciones de Rajoy se producen en un contexto mediático muy llamativo. Está en boca de todos que la vicepresidenta Sáenz de Santamaría jugó un papel fundamental en las negociaciones que permitieron refinanciar la colosal deuda del grupo Prisa.

Tampoco se han quejado desde el Ejecutivo, o siquiera comentado, la extraña caída en pocos meses de los directores de tres de los grandes periódicos de tirada nacional que se editan en España: El Mundo, El País y La Vanguardia. De todos, fue Pedro J. Ramírez, exdirector de El Mundo, quien señaló directamente a Rajoy como el mullidor de su caída al frente del periódico que fundó hace 25 años.

En El País, su director Javier Moreno era sustituido por Antonio Caño. Desde la propia dirección del diario de Prisa se achacaba el cambio a la relación de Juan Luis Cebrián con Sáenz de Santamaría.

También en La Vanguardia se ha producido recientemente –en diciembre de 2013- un relevo en la dirección con el que se completan cambios en los puestos de máximos responsables de tres de las cabeceras más influyentes de España. En el caso del periódico barcelonés el elegido fue Màrius Carol, un hombre que lleva años trabajando para el Grupo Godó, y el sustituido José Antich llevaba dirigiendo La Vanguardia casi catorce años. Es decir que los tres directores dejaban curiosamente sus puestos en un lapso de dos meses. Muchos analistas coinciden en que nunca se había dado un giro al panorama mediático tan rápido y contundente como el que se está produciendo bajo el gobierno de Rajoy.

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