Tal día como hoy, 17 de diciembre, pero de 2010, Libertad Digital contaba en su portada que durante la emisión de Gran Hermano apareció un anuncio del Ministerio de Sanidad, que entonces dirigía Leire Pajín, en el que se indicaba que era patrocinador del programa.
La encargada de aclarar que la entonces ministra no había decidido patrocinar el popular reality fue la directora de Comunicación del Ministerio, que dijo en Twitter que se trató de un fallo: "Sanidad informa de que un error de una empresa publicitaria apareciera patrocinando ‘GH’. La empresa asume su error y pide perdón".
La propia empresa emitió otro comunicado en el que aclaraban que "por un malentendido compró el patrocinio del programa Gran Hermano en nombre del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad sin que el Ministerio diera su aprobación". Al parecer, la propuesta habría sido patrocinar un espacio de máxima audiencia pero Sanidad no sabía "cuál era el programa concreto".
El Gobierno socialista de Zapatero ya recurrió en el año 2004 a este programa, en ese caso para divulgar la Constitución Europea. El anuncio lo hizo en directo Mercedes Milá y la iniciativa recibió la luz verde de la entonces vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, que lo hizo coincidir con la campaña emprendida por el Ejecutivo socialista para acabar con la telebasura de las televisiones privadas y la amenaza de Zapatero de intervenir en las cadenas. De la Vega se reafirmó en su apoyo a la campaña: "Que cualquier programa de televisión se dedique a explicar la Constitución me parece muy bien".
Fuentes de la Vicepresidencia sostenían que esa iniciativa "contribuirá a dignificar el programa" de Telecinco y sería "útil" al empeño del Ejecutivo para divulgar el contenido de la Constitución Europea. Las mismas fuentes explicaron que a De la Vega le parecía "muy digno" que Gran Hermano realice una "labor pedagógica" en un tema tan arduo como la Constitución Europea.
El modo en el que el texto entró en la casa de Guadalix de la Sierra fue a través de una de las pruebas semanales que los concursantes debían superar: los inquilinos tenían que estudiar el texto constitucional y explicárselo a una concursante que no hablaba español y que había entrado durante una semana en la casa.