Tener un papel protagonista en el mundo y colaborar a la estabilización de las zonas más conflictivas le ha costado este año a las arcas españolas una suma de 616 millones de euros. Así lo detalló este miércoles el ministro de Defensa, Pedro Morenés, durante su comparecencia anual en la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados para hablar específicamente de las misiones en el exterior de las Fuerzas Armadas españolas.
Un año más, la misión más costosa ha sido la de Afganistán, donde hay desplegados en la actualidad 451 militares y guardias civiles y que ha supuesto un desembolso de 237,7 millones de euros, casi un 40 por ciento menos que en 2013, debido al fuerte repliegue que supone que el próximo 31 de diciembre concluya la misión ISAF, tras casi trece años.
Las misión más numerosa en la actualidad, la de Líbano, con 579 efectivos de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil, ha tenido un coste de 155,5 millones de euros; que es seguida por la Operación Atalanta contra la piratería en las costas del Cuerpo de África, que ha supuesto un desembolso económico de 104,4 millones de euros. Casi 50 millones ha costado la misión en República Centroafricana y su apoyo aéreo destacado en Gabón.
La misión de Mali y su destacamento de apoyo en Senegal han supuesto un gasto de 39 millones de euros. La misión de entrenamiento de Somalia ha costado 1,88 millones de euros, mientras que la misión en Bosnia-Herzegovina, que este año concluye tras casi dos décadas de presencia en el país balcánico, se llevó 1,35 millones. Los otros 40 millones, son aportaciones a la OTAN y a otras misiones internacionales sin presencia española.
Durante su intervención, Pedro Morenés dejó la puerta abierta a que durante 2015 se apruebe la presencia española en más misiones en el exterior -está en debate una misión contra la piratería en el Golfo de Guinea- o a que se amplíen algunas en las que ya se está presente, como sería el caso de la misión europea en República Centroafricana.