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Tal día como hoy en LD... en 2014

El Foro de Davos deja el currículum de Ana Botella en blanco

La cumbre económica en la ciudad Suiza ha dejado alguna que otra anécdota entre los políticos españoles.

La cumbre económica en la ciudad Suiza ha dejado alguna que otra anécdota entre los políticos españoles.

Tal día como hoy, 22 de enero, pero de 2014, Libertad Digital contaba en su portada la anécdota de la que fue protagonista la alcaldesa de Madrid cuando iba a participar en el Foro Económico Mundial de la ciudad suiza de Davos. Un diario nacional constató que la organización del Foro Mundial se olvidó incluir en el folleto de participantes el currículum tanto de Ana Botella como del ministro de Industria José Manuel Soria, que aparecieron en blanco.

El olvido de la organización al no incluir el currículum de la alcaldesa madrileña tuvo respuesta del consistorio de Madrid. Aseguraron que no les constaba que el Foro de Davos solicitara el de Ana Botella. El Ayuntamiento de Madrid alegó que "no habría habido ningún inconveniente para enviarlo en español, inglés o el idioma que fuera en el caso de que lo hubieran solicitado".

El Foro de Davos no ha sido muy favorable a la imagen de los políticos españoles. En el año 2010, el entonces presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero compareció junto a los presidentes que ocupaban el vagón de cola de la Unión Europea, el presidente de Letonia y el de Grecia, además del entonces presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet.

Pero la anécdota surgió al inicio de la conferencia cuando provocó un inusual retraso al ser el único interviniente de la mesa que no hablaba inglés. A pesar de que la principal preocupación del exjefe del Ejecutivo tenía que ser defender la solidez de la economía española pese a las malas previsiones que decían que España iba a ser la única de las grandes potencias que no iba a salir de la recesión en el año 2010, su desconocimiento del inglés le llevó a ser protagonista por ese motivo.

Zapatero pidió unos auriculares para escuchar la traducción simultánea, pero éstos no funcionaron. El moderador tuvo que reclamar la presencia de una intérprete que, ante la falta de una, tuvo que ser una de las que solían acompañar al presidente la que tradujera la sesión. Este incidente hizo que sus compañeros de debate y el centenar de presidentes de multinacionales, economistas y dirigentes de todo el mundo presentes en el auditorio tuvieran que esperar pacientemente el retraso en unos debates que comienzan siempre con estricta puntualidad suiza.

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