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La corrupción del clan Pujol dinamita el pacto para las plebiscitarias de Mas y Junqueras

Nervios, reproches y decepción en el "bloque" separatista: el acuerdo entre Convergència y ERC para llegar juntos al 27-S no ha durado ni dos semanas.

Nervios, reproches y decepción en el "bloque" separatista: el acuerdo entre Convergència y ERC para llegar juntos al 27-S no ha durado ni dos semanas.
Artur Mas y Oriol Junqueras en una foto de archivo | Cordon

La irrupción del nombre de Artur Mas como "facilitador" de los negocios de los amigos de Oriol Pujol ha sido la espita que ha aprovechado Oriol Junqueras para poner distancia entre ERC y CiU. Y las vagas explicaciones de Jordi Pujol ante la juez (frente a la que se mostró sosegado y dócil) han confirmado a los republicanos que cualquier acuerdo con CiU pasa por asumir un desgaste por la corrupción que aprovechará Podemos para pescar votos en el caladero independentista.

A las dos semanas, el "histórico pacto" entre Artur Mas y Oriol Junqueras para celebrar unas elecciones "plebiscitarias" está a punto de saltar por los aires y se ha cobrado ya su primera víctima política, Carme Forcadell, la presidenta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC). Ella misma ha anunciado que abandonará el puesto en mayo, cuando vence su tercer año al frente de la organización. Los estatutos son tajantes al respecto: nadie puede estar más de tres años seguidos en la presidencia.

Aún así, Forcadell y sus cada vez más escasos partidarios pretendían que la excepcionalidad del momento podía dar lugar a una prolongación del mandato para organizar el colofón del próximo 11 de septiembre, fecha en la que debería comenzar la campaña electoral si se mantiene la fecha del 27 de septiembre. Pero hasta sobre eso hay dudas. La ANC está desfondada, el portavoz de Mas, Francesc Homs, amaga con la idea de que las anunciadas elecciones pudieran no celebrarse y en ERC empiezan a ser conscientes de que lo hablado entre Mas y Junqueras sólo beneficia a Convergència.

Estrella en declive

En los últimos meses la estrella de Forcadell estaba en declive, pero las reuniones de última hora entre Mas y Junqueras con ella, entre otros, como testigo, le dieron de nuevo vuelo. Ha sido corto. Ella es una de las "culpables" de que Convergència y ERC no se pongan de acuerdo en la "hoja de ruta" a seguir a partir de los próximos comicios autonómicos. Forcadell, pese a militar en ERC y haber sido concejal de ese partido en Sabadell, se decantó sin tapujos por Mas en la creencia de que en la candidatura única que planteaba el president con elementos de la sociedad civil habría un hueco de privilegio para ella.

ERC no perdona a su militante la "traición" ni que haya pretendido ocupar el puesto que le corresponde a Junqueras en el entramado separatista. La bronca en público que Forcadell propinó a la número 2 de ERC, Marta Rovira, al término de una conferencia de Junqueras y sus maneras en las últimas reuniones de la "comisión" de partidos y entidades sobre el proceso han sido definitivos para su despedida. En el último encuentro de dicha "comisión", horas después de la foto del pacto con Mas, Junqueras, Forcadell, el alcalde de Vich, Vila d'Abadal, y la presidenta de Òmnium Cultural, Muriel Casals, la presidenta de la ANC pegó un portazo tras decir "Això és Can pixa!" (¡Esto es un meadero!).

El grupo que debe elaborar la hoja de ruta separatista está definitivamente quebrado, a pesar de que se intentarán volver a reunir a mediados de febrero, según dijeron. En ese contexto, el Consell Assesor per a la Transició Nacional (CATN), afirma que en los documentos que ha elaborado sobre la futura república catalana ya constan los pasos a seguir tras las elecciones plebiscitarias, por lo que Mas y Junqueras pueden recurrir a los planes ideados por el grupo de asesores que dirige un exvicepresidente del Tribunal Constitucional, Carles Viver Pi-Sunyer, y cuenta, entre otros, con celebridades nacionalistas como Salvador Cardús y Pilar Rahola.

Sin embargo, los múltiples casos de corrupción que acechan al fundador de CiU, Jordi Pujol, y a su familia han provocado un boquete en la relación entre convergentes y republicanos. La petición de ERC para que Mas comparezca en la comisión parlamentaria del caso Pujol ha soliviantado a Mas y su entorno hasta el punto de que se ha deslizado que si Junqueras va por ese camino, están en el aire las próximas elecciones y el presidente de la Generalidad tendría excusa para echarse atrás ante la "deslealtad" de ERC. En ese partido replican que no hay nada pactado por escrito con CDC, que en la última reunión entre Mas y Junqueras se llegó a un acuerdo sobre los presupuestos pero no se habló en absoluto de la corrupción, y que no están dispuestos a actuar de agentes blanqueantes de Convergència.

La tesis de las cloacas del Estado

La bronca en el seno del "bloque soberanista" es de tal calibre que en los medios controlados por la Generalidad no cesan los reproches contra Junqueras por vincular a Mas con la corrupción del clan Pujol, de lo que infieren que le falta "sentido de país" y que el "proceso" puede colapsar. Las relaciones entre Mas y Junqueras pasan por su peor momento, así como las de CDC y ERC, teóricos socios parlamentarios. El espectáculo de desunión, críticas y ataques en rueda de prensa o en las "redes sociales" es constante, así como los llamados de los medios independentistas para que se reconduzca la situación.

"Chantaje" a Pujol

Uno de los diarios digitales de referencia en ese ámbito, directe.cat, llega a afirmar que las "cloacas del Estado" están detrás de una gran campaña para desactivar el proceso a través de "filtraciones interesadas" a "personajes oscuros, medios de comunicación controlados y políticos preocupados por su salvación personal". Según este digital, del que fue director el propio Oriol Junqueras en 2008, "todo comenzó por una confesión sorprendente y a día de hoy innecesaria del president Pujol" que "sólo se entiende bajo chantaje y amenazas por parte del Estado contra su familia y sus hijos".

La singular "información" de directe.cat concluye: "El reparto de dossieres resquebraja el proceso, estamos lejos de la euforia que supuso el 9N. Las semanas y semanas que se han necesitado para llegar a un acuerdo han supuesto un desgate importante, no sólo para CiU y ERC sino también para la misma ANC, y sobre todo, para la ciudadanía que durante estos años se ha manifestado con entusiasmo una y otra vez. Ver cómo ha costado alcanzar un mínimo acuerdo ha hecho daño y en estas desconfianzas, los dossieres de las cloacas del Estado han ganado la partida".

Hay precedentes

No es la primera vez que el desencanto se adueña del frente separatista catalán. El fiasco de las elecciones de 2012, en las que Mas perdió doce diputados, también generó unos meses de zozobra entre los partidarios de la independencia. No obstante, la proximidad de la campaña para las elecciones municipales y la irrupción de Podemos en el escenario catalán, unido a la corrupción nacionalista, generan más que incertidumbres sobre la consistencia de los planes separatistas.

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