El Mundo dice que "Monedero responde atacando: 'Nos han declarado la guerra'". "Reaparece en un mitin en Leganés sin explicar sus ingresos, criticando a la prensa y advirtiendo a Montoro que no le tiene miedo". Pues será el único. Además, como una fiera corrupia, "descargó toda su artillería pesada contra la prensa". Victoria Prego dice que "quizá habían pensado los asaltantes del cielo que entrar en la batalla por la conquista de los votos iba a ser una excursión amable" y "no encontraría respuesta en los acusados porque la verdad solo está con ellos". Pues no, hijos, no. "No es que se les haya declarado la guerra, es que ellos han entrado en el campo de batalla" en el que rige una regla: "Todo fallo y todo error del adversario será explotado hasta la última gota por quienes disputan la misma carrera". Dice Prego que, al margen de Monedero y sus tejemanejes, "estos nuevos líderes están exhibiendo unos modales de intransigencia totalitaria" que pone los pelos de punta. Vaya con los profesores universitarios. "Admitamos que se está produciendo con este partido un fenómeno de subyugación colectiva muy propio de las masas en acción. Pero cuanto más tiempo pasa más evidente se hace que detrás de tanta frase vacía hay emboscado un talante antidemocrático que es obligatorio denunciar y combatir. La relación de una fuerza política con los medios de comunicación en un país libre es la prueba del algodón que anticipa sus convicciones reales. Y estos han enseñado ya su patita de lobo". Pues sí, Monedero, esto es la guerra.
Federico Jiménez Losantos dice que en el PP ha nacido una nueva figura, el arriolarenas. "Lo malo de lo mal que está haciéndolo Syriza es que abonarán el surco electoral del PP con el guano arriolarenístico del 'voto del miedo' (…) Mariano Rajoy debería enviar a Arenas a Despeñaperros, porque Moreno Bonilla ha dicho que, de momento, 'no piensa en Madrid' y 'ha venido a Andalucía para quedarse'. ¿Otro Susano? ¡Bah! Arriolarenas convencerá a Rajoy de que seis meses de Syriza le darán la mayoría absoluta y Rajoy bostezará y asentirá".
En el editorial, Casimiro García-Abadillo le abre la puerta a Grecia. "El Gobierno heleno genera desconfianza fuera y dentro de Grecia (…) Lo que no puede pretender es que se le perdone parte de su deuda sin más. Atenas amenaza veladamente con romper con Europa y salir del euro (…) La eurozona está mucho más fuerte que en 2012 y podrá soportar la salida unilateral de Grecia". Así que hala, majos, id con Dios.
El País abre con que "el PSOE asume la cadena perpetua para salvar el pacto antiterrorista". Y está súper enfadado. "Si hace una semana había un desacuerdo profundo para incluir la cadena perpetua en el Código Penal, no se entiende que el PSOE esté dispuesto a aceptarla ahora por la puerta de atrás. Esto es un asunto grave: o se está a favor o se esta en contra; lo que no se puede hacer es navegar entre varias aguas en una materia de tanta trascendencia". A mí lo que me flipa es que alguien se sorprenda todavía de que Pedro Sánchez cambie repentinamente de opinión. Es lo que ha hecho con todo desde que es el líder del PSOE. El País deja hoy a Monedro en paz y apenas habla de él para reconocer que "la universidad de Puebla afirma que el político sí fue allí 'profesor visitante'". Sin mucho entusiasmo, no se crean. Y John Carlin ofrece el tercer y último episodio de su serie "¿Qué quiere Podemos?" tras su incursión en las profundidades del partido. Hoy ha descubierto que "la suerte de Podemos ha sido tener como rival a alguien del calibre de Rajoy. Lo cual no significa que el carisma sea al punto fuerte de Pablo Iglesias. Es un hábil tertuliano pero no es un gran orador. Quedó claro durante el discurso de Vall d'Hebron que no es ningún Martin Luther King o Felipe González. Durante el discurso tenía las dos manos puestas en las caderas, como un cowboy desafiante pero inseguro". O una chulapa de Lavapiés.
ABC viene animando la mañana. "La yihad exige a sus lobos matar más en occidente". Carlos Herrera manda un recadito a los desafiantes chicos de Podemos. "No habrán de tardar mucho las revelaciones sobre los contactos perversos entre el perdonavidas de Pablo Iglesias y diversos amigos suyos poco recomendables. Nadie dude que las investigaciones acerca de las finanzas de los Monedero y compañía son objeto de estudio por parte de aquellos que tienen medios, al amparo de la ley, para escudriñar las relaciones indebidas de cualquier grupo de iluminados podemistas y gente tan poco recomendable como la que surge del régimen iraní. No se extrañen de que algún poderoso servicio de inteligencia extranjero esté propiciando la investigación (…) Desafiar presuntamente a un Estado a través de tertulias televisivas baratas y preuniversitarias comporta el riesgo de que te levanten las alfombras y se te vean las arrugas del discurso (…) Los monederos, errejones e iglesias varios tienen zonas de sombra que no tardarán en hacerse visibles. Esto no ha hecho más que empezar". Así que sí, Monedero, es la guerra.
La Razón abre con cosas alegres, como el aniversario de Antena 3, y eso que Marhuenda no está para muchas fiestas. Dice en El Submarino que "las huestes de Pablo Iglesias y su pareja, Tania Sánchez, venían forjando hace tiempo un frente popular en Madirid. Pretenden aglutinar todo el voto de izquierda, antisistema y radical con agitación callejera. Su punto de partida, la manifestación de mañana en la puerta del Sol ¿Cómo es posible que la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, lo permita?". ¿Porque lo ampara la Constitución? Marhuenda, tómate una tila anda. Claro que Pedro Narváez también está acojonado. "El tic tac de Pablo Iglesias, tal y como lo expresa, con esa rabia en los dientes, parece la cuenta atrás de un explosivo, provoca el escalofrío". Es lo que pretende, Pedro. "Pone fecha de caducidad a la libertad como la entendemos algunos, y no él, que la defiende para que salten por los aires los cimientos de un sistema que me permite escribir en su contra". Pues vete despidiéndote. Pablo y los suyos se toman fatal las críticas. "Ha llegado el momento de sincronizarnos para defender las instituciones que funcionen e impedir que un supuesto Moisés nos lleve a la tierra prometida para hacernos cautivos de su mal". No, si al final vamos a acabar cantando todos "a las barricadas, a las barricadas".