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La kriptonita del PP contra Rivera: hablar de "Ciutadans" y presentarlo como anticatólico

Pedro Arriola ha advertido el último año de la amenaza que Ciudadanos supone para el PP

Las encuestas siguen sonriendo a Ciudadanos y eso supone una nueva preocupación para los partidos tradicionales, que se empieza a manifestar más acusadamente en el PP, al que Albert Rivera podría arrebatar varios millones de votos en las próximas elecciones generales. En la rueda de prensa habitual de los lunes en la sede de la calle Génova, el número tres de los populares, Carlos Floriano, ha tenido que contestar a varias preguntas sobre la emergencia del nuevo partido, que se sitúa como cuarta fuerza política de España tras su sorpasso sobre IU y UPyD. Floriano ha rehuido pronunciarse sobre cuánto le puede estar dañando electoralmente una formación a la que se ha referido siempre por su nombre en catalán, "Ciutadans", en una clara estrategia de presentarlo como partido de ámbito regional. Pero ante la insistencia de los periodistas ha trazado dos líneas de ataque: primero recordar que en las pasadas elecciones europeas, y pese a algunos pronósticos, Ciudadanos (cuya lista encabezaban un catalán de residencia como Javier Nart y otro de nacimiento como Juan Carlos Girauta) no superó al PP y segundo, afirmar que al partido que lidera Rivera "se le irá conociendo a medida que concrete sus propuestas" añadiendo este guiño al electorado católico: "Yo no sé si mucha gente sabe que quieren denunciar el Concordato".

En esta entrevista en 2013 con Libertad Digital, Rivera dijo ser partidario de "revisar" los acuerdos con la Santa Sede, una postura que también defendió Rosa Díez, entrevistada los mismos días con motivo del 35 aniversario de la Constitución. El líder de Ciudadanos no ha ocultado nunca su condición de no católico al tiempo que ha manifestado siempre su respeto por esa confesión. En su ideario, Ciudadanos asume la aconfesionalidad de España establecida en la Constitución y nunca ha hecho de esa cuestión una prioridad política.

La reacción de Floriano evidencia la preocupación creciente en el PP por el ascenso de Ciudadanos. Según ha podido saber Libertad Digital, el sociólogo de cabecera del partido en el Gobierno, Pedro Arriola, ha advertido en el último año en repetidas ocasiones de ese peligro, particularmente en Cataluña, donde podría relegar al PP a una posición residual. Pero además Arriola ha advertido del crecimiento de Ciudadanos en los mismos lugares donde era muy fuerte el CDS de Adolfo Suárez, figura a la que reivindica cada vez más Rivera, quien estos días está leyendo la biografía del primer presidente democrático escrita por el periodista Manuel Campo Vidal. Varios dirigentes de Ciudadanos comentan en privado el entusiasmo del auditorio en los mítines cuando se nombra a Suárez. No en vano, el crecimiento organizativo de Ciudadanos, tan criticado por UPyD durante las negociaciones frustradas para llegar a un acuerdo, recuerda mucho a la agregación de partidos y personas que supuso la UCD, con excelentes resultados en las dos primeras elecciones democráticas pero con un derrumbe insólito tras la dimisión de Suárez en 1981.

Lo indudable es que el PP tiene cada vez más difícil ignorar a Ciudadanos.

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