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Así se gestó el efecto naranjito

Rivera planeó una rápida respuesta a Hernando con Fernando Páramo y Lula Bueno, dos de sus más estrechos colaboradores

A Fernando Páramo, secretario de comunicación de Ciudadanos y uno de los hombres más próximos a Albert Rivera, muchos rivales le envidian su Red Ciudadana, un grupo de community managers voluntarios que nutren todos los días los perfiles oficiales del partido. Se trata de un modelo importado, valga el eufemismo, de EEUU y más en concreto de Barak Obama, quien en su primera campaña presidencial se ahorró invertir en comunicación en internet gracias a una extensa red de voluntarios perfectamente jerarquizada y coordinada, igual que la que ahora tiene Ciudadanos por toda España.

En 2009, cuando según confesaría posteriormente estaba en la "UCI política" Rivera aprovechó el verano para realizar un curso en Washington que le habían recomendado compañeros diputados del Parlament. Quien hoy es uno de los políticos mejor valorados en España era el capitán de una nave sin rumbo pero, a la vuelta de la capital norteamericana, estaba convencido de que podía reflotarla con técnicas de la política del siglo XXI, en la que un puñado de seguidores en Twitter valen más que un militante al corriente de pago de cuota. En una comida privada con periodistas a principios de 2011 el líder de Ciudadanos contaba cómo el manejo personal de su perfil, combinado con sus cada vez más frecuentes apariciones en tertulias televisivas eran instrumentos clave para su actividad y para la reconstrucción de la formación naranja como un partido de carácter nacional. Entre plato y plato nos comentaba: "algunos creen que me gusta salir ahí, yo un sábado por la noche estaría en mi casa más tranquilo, pero un partido como Ciudadanos no puede renunciar a esa plataforma".

La rápida e implacable réplica dada al portavoz del PP, Rafael Hernando, convirtiendo una pretendida descalificación, la que equiparaba a Rivera con la mascota del Mundial de Fútbol España 1982, en todo un Trending Topic, evidencia hasta qué punto la maquinaria comunicativa de Ciudadanos está bien engrasada y es uno de los puntos en que se asienta el éxito del partido. El propio Páramo lo explica en declaraciones a Libertad Digital: "Hemos convertido las ofensas y el miedo del PP en movilización de la gente con ilusión a través de las redes. Los ciudadanos se dan cuenta de los errores de los viejos partidos, hemos sido Trending Topic mundial y nacional. El PP cree que el enemigo es Ciudadanos, nosotros creemos que es el paro y la corrupción".

Tras conocerse las declaraciones de Hernando en un desayuno el pasado jueves, Rivera y Páramo comenzaron a pensar una rápida estrategia de respuesta con Lula Bueno, encargada de la estrategia digital del partido desde 2010 y responsable última de los más de 300 voluntarios locales que trabajan en Twitter. Enseguida convinieron que había que ridiculizar la ocurrencia del portavoz parlamentario del partido en el Gobierno y mostrar con orgullo la mascota a la que había aludido para bautizar al presidente de Ciudadanos. Decidir el empleo del hashtag #YoSoyNaranjito e imprimir una cartulina con la imagen de la mascota para que Rivera se fotografiase con ella fueron decisiones tomadas a toda velocidad, la única manera de hacerlas efectivas y de ganar la batalla en cuestión de horas al adversario político.

Pese a todo el PP no parece escarmentar y este mismo viernes, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, donde las preguntas sobre Ciudadanos se han convertido en un clásico, Soraya Sáenz de Santamaría, en lo que sin duda es otra expresión prefabricada, ha equiparado al partido naranja con aquellas personas que "se colocan ociosas a ver lo que se hace en una obra y dan indicaciones a los que están en el andamio" mientras otros (el Gobierno, se entiende) realizan la tarea. Otra perla suelta para el equipo de comunicación de Ciudadanos que sin duda Rivera empleará en próximas intervenciones.

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