Ni palabra. La presidenta andaluza ha guardado un silencio sepulcral sobre el escándalo que ha suscitado la grabación de la alto cargo de la Junta Irene Sabalete presionando a los trabajadores para que hicieran campaña a favor del PSOE o perderían su puesto de trabajo.
Susana Díaz sí dijo unas escuetas palabras tras las últimas detenciones en el marco de la investigación de los cursos de formación, entre ellas, dos altos cargos de la administración regional a los que destituyó. Le pilló inaugurando un instituto y no tuvo más remedio que pronunciarse.
"Desde el respeto a la presunción de inocencia, evidentemente, cuando un responsable público es detenido tiene que ser destituido del puesto que tuviera en ese momento de responsabilidad". "Para mí, la tranquilidad y la confianza de los andaluces en sus instituciones es lo primero", recalcó.
Hoy no se ha pronunciado sobre las amenazas de su candidata por Jaén que han levantado una gran polvareda. Se ve que no tenía inauguraciones.