Los vecinos de un edificio de Rincón de la Victoria, en Málaga, llevaban años sin poder disfrutar de sus viviendas: el olor y la suciedad que despedía una única vivienda, la de una mujer que acumulaba en su casa decenas de gatos sin ningún control ni higiene.
Una situación que se ha prolongado al menos desde mediados de 2010, cuando los vecinos la plasmaron por primera vez en la Junta General de la comunidad. Desde entonces se sucedieron las denuncias al ayuntamiento de la localidad, sin que éste llevase a cabo ninguna acción correctora pese a que técnicos municipales constataron que "en el Bloque hay un fuere olor desagradable a orín que emana desde la citada vivienda" además de encontrar "varios gatos".
Finalmente los vecinos tuvieron que recurrir a la vía judicial y no ha sido hasta finales del pasado año cuando han visto estimada su demanda por la "situación de insalubridad generada por la tenencia de gatos, acumulación de basuras y falta de higiene de la vivienda".
Así, en una curiosa sentencia el juzgado de primera instancia número 10 de Málaga no sólo condena a la anciana al pago de las costas judiciales sino que le prohíbe usar su propia vivienda durante un periodo de tres años.