Ya pareció en su día que la ex viceconsejera de Economía de Hacienda desde 2004 con José Antonio Griñán hasta que el mismo la nombró consejera del mismo departamento se había autoinculpado cuando confesó en el Parlamento, durante las sesiones de la comisión de investigación de los ERE, que no había entregado los informes de la Intervención General al Consejero sino que los había guardado en un cajón. Luego, incluso llegó a decir que ni siquiera ella los había leído porque recibía una media de cien informes de la intervención al año.
La opinión pública, los partidos de la oposición y la opinión publicada consideraron que Carmen Martínez Aguayo, amiga desde hace muchos años de José Antonio Griñán, había tratado de asumir el "marrón" de un comportamiento inexplicable e irregular. Es lógica y políticamente inaceptable que un consejero de la Junta de Andalucía no lea ni tenga en cuenta los informes emitidos por la Intervención General sobre su funcionamiento. Por ello, la añagaza de la amiga para salvar al amigo fue decir que ella no se los había entregado.
Sin embargo, la generosidad de Carmen Martínez Aguayo no ha sido correspondida del mismo modo por Griñán. Ahora, su defensa en el caso de los ERE, tras las inequívocas manifestaciones del instructor sobre la ininteligibilidad del comportamiento de Griñán haciendo caso omiso a las advertencias del Interventor y barruntando gravedad judicial inminente, ha pedido al instructor del caso ERE en el Tribunal Supremo que llame a declarar a Carmen Martínez Aguayo, su número dos en la Consejería implicada en el caso desde 2004 a 2009.
El País añade que José María Mohedano, abogado de Griñán, quiere convertir esta declaración en pieza decisiva para demostrar que nunca llegaron al entonces consejero los informes del interventor de la Junta que alertaban de que las ayudas sociolaborales se financiaban con un procedimiento "inadecuado". De este modo, toda la responsabilidad podría recaer en la exviceconsejera Martínez Aguayo, imputada por la juez Alaya en la causa que se instruye en Sevilla.
De este modo, ella sería la única que recibió los informes de la Intervención, pero ni los leyó ni se los entregó a Griñán como ordenaba el Interventor explícitamente.
En la petición de comparecencia, la defensa del expresidente incluye extractos de todas estas comparecencias de Aguayo, así como de las declaraciones del exinterventor, que admitió que nunca habló con Griñán de las ayudas a las empresas.