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Duran amaga con irse si pierde la consulta interna de Unió sobre la independencia

Las viejas glorias democristianas, con De Gispert y Rigol a la cabeza, piden a los militantes que voten en contra de Duran y a favor de Mas.

Las viejas glorias democristianas, con De Gispert y Rigol a la cabeza, piden a los militantes que voten en contra de Duran y a favor de Mas.
Duran i Lleida, en una fotografía de archivo | EFE

Josep Duran Lleida, líder de Unió, el partido socio de Convergencia, ha prometido que se va si pierde la votación interna prevista para el próximo domingo en su formación sobre el plan separatista. El dirigente democristiano se ha visto forzado a consultar a la militancia (cinco mil personas según los propios datos de la formación) sobre la conveniencia de marcar distancias con Mas o apoyar la deriva radical del presidente de la Generalidad. Las presiones convergentes obligaron a la dirección de Unió a redactar una pregunta al respecto en la que los "matices" frente a la posición del president inciden en que el proceso debe ser "dialogado" con el Estado y "bendecido" por la Unión Europea.

Duran y Ramon Espadaler, su hombre de confianza en el partido y a la vez consejero de los Mossos d'Esquadra, redactaron la pregunta con la suficiente carga de ambigüedad como para que sus afiliados dieran el sí a una independencia imposible a coste cero. Sin embargo, a Duran le ha salido un sector crítico encabezado por la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, el presidenete del "Pacte Nacional pel Dret a Decidir", Joan Rigol, y el secretario de la Generalidad para las Universidades, Antoni Castellà. Los tres han firmado un manifiesto, junto a otros mil altos cargos y militantes de Unió, en el que critican a Duran y reclaman el "no" a su pregunta. La iniciativa de los críticos ha sulfurado a Duran, que ante la arremetida amaga con dimitir si pierde la votación.

La vicepresidenta del gobierno de Mas, Joana Ortega (imputada por organizar el 9-N) y el consejero Espadaler son los principales apoyos de Duran para cortocircuitar a Mas, pero las mil firmas y la presión mediática a favor del proceso podrían decantar la balanza en contra de la tesis oficial. En la dirección de Unió confían en que el control del censo del partido les facilite el trámite, pero Mas ya ha prometido más puestos en su candidatura y en un hipotético gobierno a los cabecillas de la rebelión interna en las filas de sus socios.

Se da por descontado que el presidente de la Generalidad no comparecerá en las próximas autonómicas bajo las siglas de CiU sino en lo que ya se llama "la lista del presidente", una copia de la ensalada de grupos que ha llevado a Ada Colau a ser la candidatura más votada en las pasadas municipales de Barcelona. De Gispert, Rigol y Castellà ya se han asegurado un puesto de salida en dicha candidatura.

Aunque parezca lo de siempre, Unió podría estallar el próximo domingo, 15 de junio, y CiU pasaría a mejor vida, tal como ha planeado Mas para quitarse el lastre de la corrupción pujolista y a un "aliado" como Duran, con quien no se habla.

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