La presidenta del parlamento catalán, Núria de Gispert, dejó el pasado viernes su papel de moderadora de los debates parlamentarios para fingirse profesora de historia y, sobre todo, anfitriona de la visita de un grupo de niños al hemiciclo catalán.
De Gispert, con un auditorio tan nutrido y joven -todos eran niños de primaria- decidió darles una pequeña lección de historia contándoles que el palacio en el que se encontraban se había construido "hace 300 años.... Uuuuh, eso eso, 300 años", contaba divertida De Gispért, justo antes de explicar que "¿vosotros sabéis que el 11 de septiembre celebramos la Diada Nacional de Cataluña? ¿Y que alguno de vosotros y de vuestras familias van a las manifestaciones, que son muy divertidas, a que sí? ¿Alguno no?", preguntaba sorprendida porque algunos niños levantaron la mano dijeron que no iban a las manifestaciones. "¡Pues a ver si ahora este 11 de septiembre vas! ¿Vale?".
La presidenta separatista continuó contando que en 1714 "vino una guerra a Barcelona y a Cataluña y ganaron, no los catalanes, sino los otros, y los otros, hicieron una Ciudadela, que es el parque de la Ciudadela, una ciudadela amurallada y pusieron edificios militares, como un polvorín, con armas y bombas. Y lo hicieron para controlar a los catalanes para que no volvieran a hacer una guerra. Los catalanes la hacían para tener libertad".
Y con esto De Gispert terminó su intervención antes de que los escolares continuaran su visita con un recorrido guiado por los salones y pasillos del Palacio de la Generalidad. En total eran cerca de 150 alumnos de primaria de cinco escuelas de toda Cataluña que participaron en un acto de clausura de un proyecto educativo llamado "los valores de Aldeas Infantiles SOS" que reivindica "el valor de la atención a uno mismo y al entorno para construir un futuro y un mundo mejor".