Juerga, griterío, alboroto y hasta un apuñalamiento. La fiesta por la investidura de Ada Colau como alcaldesa de la ciudad del pasado sábado terminó en desastre. Miles de personas se agolparon en la Plaza Sant Jaume para celebrar la toma de posesión de su nueva alcaldesa, por lo que las autoridades tuvieron que desplegar un dispositivo especial.
Así, para evitar incidentes, la Guardia Urbana y los Mossos d'Esquadra pusieron en marcha un operativo de vigilancia en la famosa plaza, donde se encuentra el Ayuntamiento de la Ciudad Condal, y en sus alrededores. Lo que no podían imaginarse es que iban a ser ellos mismos los atacados por los asistentes.
En concreto, la agresión fue perpetrada por un individuo "especialmente exaltado", según recoge el diario Economía Digital. Un Mosso d'Esquadra detectó al susodicho en la zona de Las Ramblas entre la multitud "en actitud violenta y amenazadora con otros transeúntes y con los agentes policiales". Cuando el policía se acercó a él para identificarlo, ese hombre, que empuñaba dos botellas de vidrio rotas, trató de clavárselas en el abdomen. Por suerte, el policía portaba el chaleco antibalas y el "manifestante" sólo alcanzó a rasgarle la camisa.
Según fuentes del diario consultadas por Libertad Digital, se intuía que el agresor "podría tener algún tipo de desequilibro mental". Además, gritaba consignas contra la nueva alcaldesa, Ada Colau, y los "perroflautas", según sus propias palabras.
Los Mossos testigos de la agresión acorralaron al hombre y, "empleando una extrema contundencia (que incluyó patadas y puñetazos)", lo redujeron y lo llevaron detenido.