Surcan los cielos de las ciudades y pueden llegar a cualquier sitio en poco tiempo. Participan en dispositivos de prevención, vigilancias y seguimientos. Realizan labores de seguridad ciudadana, protección y organización de operativos, además de actividades humanitarias de ayuda y auxilio. Y gracias a su foco de gran potencia tienen un papel fundamental cuando cae la noche sobre las ciudades y los malos se creen a salvo.
El Servicio de Medios Aéreos (SMA) de la Policía Nacional nació hace exactamente 40 años, en 1975. Desde entonces llevan acumuladas más de 135.000 horas de vuelo. Algunas de ellas en operativos de relevancia, como cuando hace unos días fueron empleados para trasladar a Madrid desde Melilla al yihadista que se dedicaba a captar y adoctrinar mujeres para enviarlas a zonas de combate controladas por Estado Islámico.
También son empleados para el transporte urgente de unidades y equipos especiales a un punto de España donde se les necesite. Como ejemplo, el trágico accidente del Alvia de Santiago de verano de 2013, en el que fallecieron unas 80 personas. En poco tiempo, los helicópteros de la Policía desplazaron desde Madrid al lugar de los hechos a varios equipos de la Policía Científica para que comenzasen a realizar su trabajo.
De hecho, todo está estructurado para poder depositar agentes especializados en cualquier punto de España como máximo en una hora y media. Para ello, además del servicio central ubicado en Madrid, hay disponibles bases periféricas en Andalucía, Baleares, Canarias, Galicia, Valencia. En poco tiempo se pondrá en marcha otra en Zaragoza, que atenderá los requerimientos de servicio en el ámbito territorial de Aragón, Cataluña, Navarra, La Rioja, País Vasco y Cantabria.
El SMA cuenta en la actualidad con 57 pilotos, dos de ellos mujeres. Todos tiene al menos la licencia de vuelo CPL(H) (piloto comercial de helicópteros y habilitación de vuelo instrumental) y han superado los cursos de Piloto de Helicópteros que imparte la Dirección General de la Policía. Este último se prolonga durante 24 meses en los cuales los agentes abordan asignaturas de legislación aérea, flight plannig, meteorología, radionavegación, comunicaciones VFR-IFR, performance, carga y centrado, sistemas o procedimientos operacionales.
Para que nada falle, 52 técnicos de mantenimiento son los encargados de que los 26 helicópteros y dos aviones que tiene el servicio estén siempre en el estado más óptimo posible. El Gobierno también hace su pequeña parte dotando de los mejores medios que la crisis permite. En el último año, se han adquirido tres nuevos Eurocopter EC-135. La suma crece hasta los cinco si se tiene en cuenta toda la legislatura.