La Fundación CEPS, muy ligada a líderes de Podemos como Pablo Iglesias, Luis Alegre o Íñigo Errejón, vendió en 2011 a Hugo Chávez un plan para infiltrarse en el movimiento 15-M, con el objetivo de instrumentalizar y poner a su servicio las protestas de los indignados, según informa Okdiario.
El periódico digital del colaborador de esRadio Eduardo Inda hace referencia a un informe titulado "Estrategias para una aproximación bolivariana al movimiento de los indignados en España y en Europa", que la fundación envió al Gobierno chavista el 28 de mayo de 2011.
En un primer momento, CEPS alertó a Chávez del riesgo de que las protestas se contagiaran al resto de Europa y, luego, a Venezuela, donde podrían ser capitalizadas por la oposición contra el régimen bolivariano. Sin embargo, pocos días después, la fundación dio un giro radical y propuso a Chávez una estrategia para sacar provecho político de este movimiento en España.
Reza el informe: "No se descarta que en un escenario de represión policial se pueda llegar a la medida extrema de suspender las elecciones (…), lo que podría tener unas repercusiones no previstas como elecciones anticipadas, debido al descrédito en el que se vería envuelto el Gobierno español" –entonces, presidido por Zapatero–.
Después, los asesores de CEPS hablan de un "proceso constituyente" similar al que desencadenaron las elecciones municipales de abril de 1931 –que culminaron con la proclamación de la II República–, y anima al Gobierno de Caracas a tender puentes con Democracia Real Ya.
El documento que recoge Okdiario destaca que las reivindicaciones del movimiento "dibujan un modelo de sociedad identificable con el que está construyendo la Revolución Bolivariana". Por ello, insta a los "camaradas comunistas" a participar en "esos espacios de movilización".