Es su estreno, su primer mitin socialista como independiente integrada en el número cuatro de la lista por Madrid. La ocasión en la que muchos dirigentes socialistas esperaban "un gesto" de Irene Lozano que se acercase lo más posible a esa "petición de perdón que exigió el barón extremeño, Guillermo Fernández Vara. Nada más lejos de la realidad.
La ex diputada de UPyD ha evitado pedir perdón alegando que ha "sido muy beligerante con la corrupción, y los militantes socialistas creo que son igual de beligerantes que yo en estas cosas".
Preguntada por esa exigencia de disculpas, Lozano ha destacado que "el hecho de que se quiera incluir a independientes como yo en el partido es un síntoma de que están cambiando las cosas en el PSOE".
Sobre las críticas recibidas en el seno de la formación que le acoge a regañadientes, sólo ha señalado: "Bueno, yo soy muy tolerante con las críticas, pero también me caracteriza el poner el acento en lo que tengo en común con la gente. Y creo que tengo muchas cosas en común con la gente porque así me lo han trasladado muchos militantes socialistas".
En la puesta en escena, mucho más discreta de lo esperado. Lozano se situó lejos del escenario, donde se situaron todos los cabezas de lista de las candidaturas al Congreso y al Senado -entre los que si situaba Zaida Cantera en posición central-. Por contra, la número cuatro por la lista de Madrid se situó detrás de Pedro Sánchez sentada con el grupo de expertos de Pedro Sánchez, los llamados ministrables, como Jordi Sevilla o Rafael Bengoa.