Los plenos del Ayuntamiento de Barcelona son tan farragosos, largos y espesos como los del Congreso de los Diputados o el parlamento regional de Cataluña. Los procedimientos, las normas, las intervenciones y los debates se prolongan durante horas y Ada Colau gobierna con una minoría muy precaria, tan endeble que no puede aprobar sus ordenanzas municipales ni acometer muchas de sus promesas electorales. De momento, sólo ha conseguido alterar al sector turístico con la cancelación de licencias para nuevos hoteles y al comercial con la "idea" de crear una moneda propia que deberán aceptar sin objeciones, tales son las prioridades de Colau, aparte de "desborbonizar" la Casa Consistorial y el callejero barcelonés.
La parálisis administrativa, los retrasos en los pagos a los proveedores, en la resolución de los recursos de los ciudadanos y en la devolución de multas o impuestos mal aplicados es la tónica general del Ayuntamiento. Con el anterior alcalde, el convergente Xavier Trias, la resolución de los recursos de los barceloneses frente a la administración local tardaba una media de dos años. Pero es que si los servicios jurídicos del consistorio "fallan" a favor del ciudadano, ya se puede esperar otro par de años como mínimo para recuperar lo que se le cobró indebidamente. La dilación es de tal envergadura que en las notificaciones se advierte a los recurrentes de que hagan constar a quién se debería devolver el dinero en caso de fallecimiento. Pero a la alcaldesa eso le da igual, así como las más de mil personas sin techo que habitan en Barcelona, la venta de productos falsificados o las agresiones a la policía municipal de lateros y vendedores del top manta.
Hay fondos para asociaciones "revolucionarias" de los países del eje bolivariano y para la plataforma pro selecciones catalanas que en colaboración con el Barça pretende llenar el Camp Nou de esteladas, pero no para resolver los problemas de los ciudadanos, adecentar la ciudad o devolver a los contribuyentes las tasas cobradas indebidamente.
El descontrol es la nota general y es lo que Alberto Fernández, jefe del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, le comentó a la alcaldesa en el pleno del pasado viernes. Fernández intervino en español casi al final de la sesión. "Usted no tiene ni idea de los servicios (sociales), ni del coste ni del calendario, porque mucho blablabá pero resulta que cuando han pasado ya seis meses desde las elecciones municipales sigue sin tener un compromiso de gobierno. Ni siquiera es capaz de identificar los servicios de ayuda". Hasta ahí pudo hablar el dirigente popular, que fue interrumpido por Colau en tono amenazante según se puede apreciar en este vídeo de la televisión local barcelonesa: "Señor Fernández, se nota que usted tiene una larga experiencia en este consistorio y domina perfectamente el formato, pero le he de confesar que la combinación de la hora, el cansancio, el hambre y sus provocaciones me ponen de un mal humor peligroso".
Tensió entre @AdaColau i @albertofdezxbcn parlant sobre externalitzacions. Colau ha admès estar "de mal humor". https://t.co/mZqq9TRE8b
— BTVNOTíCIES (@btvnoticies) octubre 30, 2015
Llegaba tarde a una cita, llevaba demasiadas horas en el pleno y no estaba para críticas. Un "mal humor peligroso". Ese es el selfi psicológico de la alcaldesa de Barcelona.