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Alarma ante el "golpe al Estado": España puede acabar como Yugoslavia

Mucha alarma ante lo que sucederá hoy en el Parlamento catalán y lo que pueda pasar después.

El Mundo insiste en contarnos cuentos de Navidad. "Moncloa prevé tomar el control de los Mossos y cortar la liquidez". Según un informe que firman Casimiro García-Abadillo y Marisa Cruz, Rajoy tiene "un plan contra el desafío". ¿Rajoy un plan? No lo veo. Raúl del Pozo tampoco se cree una palabra. "Predecir el futuro en Cataluña cada día se pone más difícil. El ruido va a ser ensordecedor porque el centro de la campaña va a ser Barcelona. Las medidas que se apliquen serán excesivas e innecesarias para unos e insuficientes y débiles para otros. Unos acusarán a otros de cobardes y chulos y todo terminará en una mesa a principios de año. No hay que esperar en la campaña electoral sino bravuconadas orales y pocas acciones concretas. Ni el Gobierno de Madrid decretará medidas de fuerza, ni el de Barcelona irá más allá de sus palabras". Bueno, de esto segundo no estaría yo muy segura, se les ve muy disparados.

Federico Jiménez Losantos cree que "hoy puede quedar descabalgado Artur Mas del jumento separatista" si no es investido. "Pero lo más divertido del esperpento antiespañol de estos bandarras es el intento de esconder las siglas de Pujol, CDC, que después de juntarse tantísimos por el Sí (al Golpe, No a la Ley) , andan buscando cómo llamarse para que nadie los reconozca, tarea difícil por no decir absurda si buscan votos el 20D. Con las prisas -y la Prisa, que tontea- se han puesto Democracia i Llibertat. Pero así nadie los reconocerá. Si apelan a los que dudan si robar es todavía el gran acto patriótico catalán, deberían llamarse Cleptocraccia o Llibertat. Y que elijan". Un artículo muy original, Federico. Eres el único en toda la prensa que ve algo divertido en lo que pasa hoy en Cataluña.

El País dice que "Convergencia prefiere sustituir a Mas que celebrar nuevas elecciones". Ahora sólo falta convencer a Mas, un tío duro de pelar. Julio Llamazares está acojonado. "La cuestión, llegados a esta situación, es cómo abordar ese enfrentamiento sin que al Gobierno español ni a los independentistas catalanes la situación se les vaya de las manos". Ah, ¿que todavía no se les ha ido de las manos? "La carga explosiva es ya tan potente que una chispa puede hacerla reventar. Y el convencimiento que uno percibe en muchas personas de que España no es Yugoslavia empieza a parecerle un tanto inocente". Para frenarlo propone que Rajoy y Mas se manden un "ramillete de violetas", por la canción de Cecilia, y se sienten a negociar. "Ya sé que es una ingenuidad lo que digo, pero más ingenuo es pensar que, si las cosas siguen, no pueden acabar como en otros sitios". Hace un par de años en tu periódico te hubieran puesto a caer de un burro por alarmista, Julio. Y es que les ha durado poco el efecto balsámico de la decisión del TC el otro día de no hacer nada. Les ha vuelto el ataque de ansiedad. "Se equivocan quienes recalcan su presunta factura táctica, los que subrayan que obedece solo a la voluntad de provocar reacciones mayúsculas o los que sostienen que su aplicación sería más moderada que su literalidad. Al contrario, es una proclama de destrucción del ordenamiento legal: apela a romper con la Constitución, quiebra las principales previsiones de reforma del propio estatuto, viola la voluntad de la mayoría de los ciudadanos de Cataluña y llama al desacato frontal contra las instituciones democráticas. Supone un verdadero golpe al Estado". Eso sí, de respuestas no habla. Dice el periódico de Prisa que "Cataluña ve a Kosovo como modelo para obtener reconocimiento institucional". Madre mía, sí que están mal. Para tomar a Kosovo como modelo de algo hay que estar como una verdadera chota.

"El parlamento catalán vota hoy la ruptura con España y la Ley", dice ABC. El editorial, al contrario que el de El País, no se anda con melindres. "Una vez que la resolución quede aprobada, sólo quedará su anulación automática por parte del TC" e impedir "que el parlament desobedezca, aunque sea por la fuerza". Se acabaron las contemplaciones, "ahora sólo quedan la contundencia del Estado de derecho porque en una cosa no mienten los secesionistas: no darán marcha atrás. Cuando el TC haya suspendido la declaración independentista y el bloque rupturista anuncie su desobediencia, no quedará más remedio que poner fin a una ensoñación identitaria ejercida de modo abusivo y chantajista, y sin amparo ciudadano mayoritario". Y se acabaron las tonterías.

La Razón parece más preocupada por lo que pase con Mas. "Mas propondrá hoy ser presidente sólo 18 meses para crear el Estado catalán". Y es que, según el editorial, "España no permitirá su ruptura", no hay de qué preocuparse. Yo no me fiaría un pelo, Marhuenda. "Estamos ante el mayor desafío que ha sufrido nuestra democracia, un verdadero golpe al Estado". "Está claro que los separatistas mantendrán la provocación hasta forzar al Estado al límite de sus facultades legales", dice, y se muestra muy confiado en que "inhabilitará a los cargos públicos cuando desobedezcan la anulación judicial de la declaración". Nada, que no me convence ni aunque lo diga Marhuenda. "Cataluña no abandonará España ni Europa porque un Estado democrático no puede aceptar que una parte de su territorio se segregue. Los ciudadanos españoles nunca lo permitirán". Pero qué quieres que hagamos los ciudadanos españoles, hijo, para eso tenemos un presidente y un gobierno. Si él no lo hace no pretenderás que lo hagamos los demás.

La Vanguardia pasa de lo del parlamento de hoy, ellos están a salvar a su Artur Mas. "El Parlament inicia el proceso de ruptura sin president". Cachis, qué poco estético es eso. Un proceso de ruptura sin president es, no sé, como una tarta de boda sin figuritas de novios. Enric Juliana dice que la culpa de este despropósito la tiene la CUP, que "no son gente fácil de domesticar. CDC seguramente se ha equivocado al aplicarle el protocolo ERC: adulación, concesiones retóricas, presión en la redes sociales para asegurar la obediencia. La CUP no es Esquerra", esos chicos tan aguerridos que luego han resultado ser corderitos mansos. "La CUP es radical, indómita y poco dada al realismo político". No te apures, Juliana, verás cómo al final les acaban torciendo el brazo. Todo sea por el procés.

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