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Inés Arrimadas desmonta la independencia de los Pujol y el 3%

Relaciona la deriva radical de los convergentes a sus problemas judiciales y recuerda a Mas que no tiene diputados ni para cambiar el Estatut.

La jefa de la oposición en Cataluña, Inés Arrimadas, de Ciudadanos, se estrenó en el cargo con un discurso sólido, contundente y directo contra la propuesta de resolución separatista. El eje fue la identificación de la huida hacia delante de Mas y sus cesiones a los antisistema con la corrupción que infesta el nacionalismo. La dirigente del partido naranja cumplió a la perfección con el papel asignado y resumió con coherencia todas las contradicciones y trampas del proceso separatista y sus impulsores. "¿Respetarían ustedes el derecho a decidir de Hospitalet, donde ha ganado Ciudadanos?", preguntó en un momento de su intervención. La pregunta quedó sin respuesta.

Tras arrancar con una alusión a la Constitución de Cádiz acusó a los separatistas de poner en riesgo el autogobierno de Cataluña. Su discurso fue tan duro como el de su antecesor en el puesto, Albert Rivera. Buena parte estuvo dedicado a denunciar la corrupción y la "coincidencia" entre la deriva radical y los problemas judiciales de la familia Pujol y de la Convergencia del 3%. Además, espetó a Mas: "No tienen diputados ni para cambiar el Estatut, no tienen mayoría y no tienen razón".

En cuanto a la declaración independentista, señaló solemne: "Es un desprecio a la sangre, el sudor y las lágrimas de miles de españoles que han conseguido la igualdad y la democracia". Acusó a Junts pel Sí y a la CUP de querer sacar a los catalanes de España y de la Unión Europea, a la que calificó de "mayor espacio de derechos y libertades del mundo".

Arrimadas intervino casi en su integridad en español. Un discurso de calado que puso al aire las contradicciones del "proceso", el hedor y el alcance de la corrupción, la crisis social y la demagogia de la propuesta separatista, de la que dijo que pretende eludir la ley mientras impone normas a los ciudadanos. "Los políticos quieren elegir los tribunales que les tienen que juzgar. ¡Qué casualidad! En un partido con quince sedes embargadas".

García Albiol, en primer persona

El Partido Popular abrió el turno de los partidos de la oposición. Ejerció de portavoz su presidente, Xavier García Albiol, que dijo que no se imaginaba que en su debut parlamentario asistiría a una "sesión histórica". Tras unas frases en catalán, pasó al español para preguntar a Mas: "¿De verdad cree que la mayoría de la sociedad catalana quiere ir por el camino a lo desconocido?". Hizo varias alusiones a la unidad de España y la Constitución, así como a la inmigración de los años sesenta. Se erigió en portavoz de todos ellos y declaró: "no quieren tener que elegir entre ser catalanes o españoles". "No vamos a permitir que ningún habitante de Cataluña tenga que utilizar un pasaporte", añadió.

Su discurso tuvo un marcado tono personal en el que aludió a los orígenes de sus padres. De una dijo que le enseñó a amar la senyera y del otro, a amar la española. Ambas banderas, por cierto, presidían la sesión.

Concluyó su discurso con un mensaje extramuros del parlamento catalán: "Señoras y señores que me están siguiendo por televisión y radio, tengan la seguridad y la absoluta garantía de que ni Mas, ni Junqueras, ni la extrema izquierda, lograrán separar Cataluña de España". "¡Visca Catalunya, viva España!", remató.

Miquel Iceta, del PSC, cerró el turno de los partidos de la oposición. Trató de mantener la equidistancia entre unos y otros, pero al final de su discurso declaró que "no hay más solución que la del diálogo y la del pacto; sólo seremos capaces de resolver la situación por la vía del diálogo y la legalidad".

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