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Ni exámenes, ni premios ni castigos: sólo España y México no controlan a sus maestros

En pleno debate sobre este asunto, protagonizado por José Antonio Marina y a cuenta de su Libro Blanco, la OCDE publica Panorama de la Educación 2015.

En pleno debate sobre este asunto, protagonizado por José Antonio Marina y a cuenta de su Libro Blanco, la OCDE publica Panorama de la Educación 2015.
EFE

Ni Dinamarca, ni Finlandia, ni Corea del Sur, ni Japón... En materia educativa, al menos en lo que tiene que ver con los profesores, el modelo de España no es ninguno de los países que nuestros políticos tanto citan. El modelo es México. El país norteamericano es el único de la OCDE junto a España que no evalúa a sus profesores y directores (o que tira a la basura las evaluaciones, que para el caso es lo mismo).

Éste es uno de los aspectos que vuelve a destacar el informe de la OCDE, Panorama de la Educación 2015, que se ha publicado este martes. En lo que respecta a España, la cuestión que más reiteran (para mal) los autores del estudio tiene que ver con el profesorado y su carrera profesional. A diferencia de lo que ocurre en otros países, aquí "los profesores de los centros públicos [que representan aproximadamente el 70% del total] son evaluados para acceder a la profesión, pero no de forma regular después".

En España, es casi un tópico que los alumnos más brillantes de las universidades no quieren dedicarse a la profesión docente. La pregunta sería por qué. Normalmente, ponemos la atención en el proceso de selección, que no ayuda: esas oposiciones que duran años, que no se sabe previamente cuántas plazas darán y que muchas veces dan más puntos por experiencia o periodos de interinidad que por la valía del candidato.

Pero no es de esto de lo que habla el informe. Lo que cuestiona la OCDE es lo que ocurre una vez que el profesor o el director tiene su plaza. Y la conclusión es demoledora: todos los países de la OCDE, sea cual sea su modelo, evalúan a sus profesores y a sus directores y utilizan los resultados de esta evaluación. En algunos países el objetivo es diseñar acciones formativas que ayuden a los profesores con peores resultados. En otros países, las evaluaciones tiene consecuencias directas en la carrera de los implicados (salarios, ascensos, incluso despidos). Y en la mayoría hay una combinación de ambas: las evaluaciones conducen a acciones formativas o disciplinarias/incentivadoras.

OCDE

¿Hemos dicho que "todos los países de la OCDE" lo hacen? Pues no, todos no. Hay dos países que no toman ningún tipo de acción en función de los resultados de sus profesores o directores. ¿Cuáles son?: España y México. A izquierda y derecha, nuestros líderes aseguran que sus modelos son los del norte de Europa. Pero no es cierto. El sistema educativo que nos han legado sólo tiene parangón al sur del Río Grande.

Por cierto, que entre los cuatro grandes partidos que se presentan a las elecciones el próximo 20-D, (al menos por lo que se conoce hasta ahora) sólo Ciudadanos lleva en su programa cambios significativos en esta cuestión. El PP también apunta en esta dirección con el Libro Blanco de José Antonio Marina. En PSOE y Podemos, no hay noticias.

La evaluación

Alrededor de esta cuestión ha girado el debate educativo de las últimas semanas en España. El tema ha cobrado actualidad especialmente a raíz de que el filósofo José Antonio Marina publicase su libro Despertad al diplodocus y realizara polémicas declaraciones que meten el dedo en la herida: "El buen profesor no puede cobrar lo mismo que el malo".

Siempre que se habla de evaluar a los maestros, sale el tema del salario. Y salta la polémica. Lo primero que hay que decir es que si se compara el salario de los profesores en España con el salario medio que cobran sus colegas en el conjunto de los países de la OCDE y de la UE-21, se observa que en nuestro país el sueldo inicial es más alto en paridad de poder adquisitivo tanto en Educación Primaria, como en Educación Secundaria. Esta diferencia a favor de los maestros españoles se mantienen después de 15 años de carrera; también en este caso los salarios están por encima de la media.

El siguiente gráfico muestra la relación entre lo que cobran los maestros y lo que cobran otros titulados universitarios de su país. Podría decirse que mide los salarios de los profesores en comparación con los sueldos normales en el resto del mercado laboral. Pues bien, según puede verse en esta clasificación, España es el tercer país con los salarios relativos más altos, sólo por detrás de Corea y Luxemburgo.

OCDE

Lo cierto es que en nuestro país, una vez que un profesor ha aprobado una oposición se encuentra con un sueldo inicial bastante elevado para su edad. Pero ahí se acaban los estímulos. Desde el punto de vista económico, sabe que la mayor parte de su sueldo depende de la antigüedad, no de su desempeño o de las notas de sus alumnos o del grado de mejora de los chicos con peores notas.

Sólo hay cuatro condicionantes que influyan en el sueldo de un maestro español: tiempo en el cargo, responsabilidades de gestión (ser director o jefe de estudios u otro cargo interno), dar clases extras y demostrar una titulación superior. Nada más. En la mayoría de los sistemas educativos europeos, hay muchos más factores que determinan su remuneración, incluyendo los resultados de sus alumnos.

Este nuevo informe de la OCDE incide en este problema. "En la mayoría de los países, los resultados de la evaluación regular del profesorado sirven para tomar decisiones informadas sobre actividades de desarrollo profesional del profesorado. En España -subraya- los resultados de la evaluación del profesorado influyen en la decisión sobre el acceso a puestos permanentes", a plaza de funcionario. Y hasta aquí.

En cambio, en otros muchos países -donde precisamente su sistema educativo y los resultados de sus estudiantes gozan de buena salud- se evalúa de forma "regular" a sus profesores y dicha evaluación "afecta" a su salario. "Un mal resultado en la evaluación regular del profesorado tiene consecuencias para los profesores, la más común es la necesidad de una evaluación posterior la formación obligatoria. En España, la única consecuencia de un mal resultado es no conseguir la certificación para el puesto de docente", remarca.

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