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Rivera patina en Filosofía e Iglesias se inventa la "Ética de la razón pura"

Los líderes de C's y Podemos marcaron la diferencia con su cara a cara en la Universidad. La Educación, como no podía ser distinto, fue protagonista.

La asociación de estudiantes de la Universidad Carlos III de Madrid, DEMOS, organizó un debate con los principales candidatos a La Moncloa en estas elecciones. A la cita estaban invitados Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias. Solo estos últimos recogieron el guante. Y eso se notó: ambos fueron recibidos con una estruendosa ovación a su llegada al salón de actos donde iba a celebrarse el cara a cara moderado por el periodista Carlos Alsina, en donde dos atriles permanecieron desocupados.

Como no podía ser de otra manera, la Educación ocupó un lugar fundamental de la discusión entre ambos candidatos. A priori se podía suponer que Pablo Iglesias jugaba con ventaja: la Universidad es su hábitat natural y los estudiantes - tal y como reflejan los sucesivos CIS- son su principal nicho de votantes. Pero defraudó. Aunque mejoró con respecto a su último cara a cara en el programa de Jordi Évole, se le notó, por momentos, nervioso; soltó datos a bocajarro y atropelladamente. No consiguió despertar muchos más aplausos que su contrincante.

En este sentido los dos enumeraron algunas de sus propuestas electorales - el tiempo no daba para más-, pero Alsina trató de centrar el debate formulando preguntas concretas. Una de ellas hacía referencia a la polémica suscitada estos días a cuenta de unas afirmaciones del ministro del ramo, íñigo Méndez de Vigo. "Hay demasiados universitarios en España", apuntó hace una semana. Iglesias negó la mayor, aunque luego ambos coincidieron en la premisa de que lo que faltan, en realidad, "son plazas públicas". No obstante, Rivera fue mucho más claro en este punto: "No es cuestión de tener una universidad cerca de tu casa, sino una Universidad mejor".

El líder de Ciudadanos insistió en que es necesario un pacto de Estado en esta materia, que para su formación es el eje vertebrador de su programa electoral. "Más que un programa electoral - el de la formación naranja- es un programa de Educación", que es "la palanca que mueve a un país", afirmó. "Las leyes del PP y PSOE nos han vuelto locos a todos. Necesitamos una ley de Educación que dure 20 años", reiteró.

Iglesias remachó que "es una vergüenza que haya estudiantes que tengan que dejar de serlo porque no se pueden pagar las tasas universitarias". Ahí se ganó al público, que incluso le vitoreó. Rivera también apostó por bajar esas tasas.

Pero en el único punto en el que coincidieron sin matices fue en el de asignatura de Religión sí o asignatura de Religión no. "Hay que tener libertad y respeto", comenzó diciendo Rivera, pero la Religión, "en la pública", no puede ser una asignatura obligatoria. No obstante, insistió en que es importante centrar la discusión en el fracaso escolar, en la productividad, en la manera de formar a los profesores, etc. Y prometió que el debate sobre el pacto de Estado que él propone no va a ser el clásico que han liderado PP y PSOE, tirándose el trastos ideológicos sobre ésta y otras cuestiones, a la cabeza.

Por su parte, Iglesias afirmó: "Yo estoy de acuerdo con el Papa Francisco en casi todo lo que dice, pero catequesis en centro públicos, no".

El bable entra en el debate

Los idiomas y las lenguas cooficiales también sobrevolaron el bloque educativo. Rivera apuntó que la "igualdad" es fundamental en este asunto. "Hoy en día las comunidades autónomas comparten esa competencia. Yo vengo de Cataluña donde la Educación, muchas veces, no ha cumplido los planes del ministerio, no ha cumplido los decretos lingüísticos…, así que yo creo que es bueno que las comunidades tengan la competencia compartida, pero hay que compartir, hay que estar en el mismo bando, trabajando por la Educación y no construyendo proyectos políticos desde la Educación. No es bueno que se generen estancos y que haya comunidades autónomas donde la Educación es distinta o no se respetan los mismos derechos".

Iglesias, por su parte, dijo apostar por "un plan de aprendizaje de todas las lenguas que forman parte de la riqueza de nuestro país. Si yo soy presidente del Gobierno me esforzaré en aprender no sólo algo de catalán y algo de gallego, también algo de euskera porque estoy convencido de que este país se merece un presidente que no solamente hable ciertas lenguas en la intimidad".

Más tarde una de las estudiantes mostró su preocupación por la poca relevancia que se le otorga al bable. Iglesias remarcó que todas las lenguas merecen respeto y protección. En esto coincidió con Rivera, pero éste último se vio en la obligación de reseñar, porque él mismo lo había "sufrido" en sus propias carnes, que "tanto derecho" tiene una persona en estudiar en catalán o en bable como en español. "No enfrentemos las lenguas", pidió Rivera, que propone un sistema trilingüe. "De la escuela pública debemos salir hablando inglés".

A vueltas con Kant

El único momento en el que Albert Rivera recibió abucheos por parte del público que abarrotaba la sala fue cuando un estudiante se interesó por la asignatura de Filosofía y les pidió a ambos que recomendaran un libro. Los dos candidatos coincidieron en resaltar la importancia de esta materia, pero ambos salieron mal parados. Iglesia, doctor en Ciencias Políticas, le recomendó la Ética de la razón pura (cuando el nombre real es Crítica de la razón pura) sin explicar los motivos. Rivera citó autores, pero no libros: "Cualquiera de las obras de Kant me sirve". Alsina pidió que fuera más específico. "¿Ningún título concreto?". Rivera reconoció: "No he leído a Kant".

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