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Alarma en el PP ante la brusca caída que auguran los sondeos en Andalucía

Rajoy multiplica su presencia en Andalucía para intentar recuperar escaños que, según el CIS, le arrebatará Rivera el próximo 20 de diciembre.

Rajoy multiplica su presencia en Andalucía para intentar recuperar escaños que, según el CIS, le arrebatará Rivera el próximo 20 de diciembre.
La paella de Rajoy en Marbella | PP

Mariano Rajoy está echando el resto en Andalucía. Hace cuatro años, esta comunidad fue clave en su histórico resultado electoral. Pero, ahora, el CIS augura un importante mordisco en votos y escaños a favor de Ciudadanos. El domingo, tras los fastos de la Constitución, el candidato pretendía descansar en la residencia oficial de Doñana con su familia, pero le acabaron montando un acto en Palos de la Frontera (Huelva). En los últimos días, ha visitado la provincia de Málaga en dos ocasiones.

Su último mitin de precampaña fue en la capital de la Costa del Sol y ha iniciado la semana en Estepona y Marbella. Incluso en momentos de gran fortaleza del PSOE, el PP siempre había tenido en la zona costera un feudo clave. En 2011, el PP obtuvo por la provincia de Málaga seis representantes en el Congreso; según el CIS, el partido naranja podría robarle el día 20 hasta tres de esos escaños. La reducción de diputados, brusca en Sevilla o Almería, se repite en todas las circunscripciones salvo en Córdoba.

El equipo de Rajoy asegura que varios de esos escaños que Ciudadanos le robaría en la comunidad están hoy bailando. Que "un puñado de votos" haría cambiar las cosas y reforzar al PP en las Cortes. Y de ahí que el candidato haya cargado su agenda de mítines, paseos y paellas al aire libre. "La campaña está funcionando y nuestra tendencia es ascendente, estamos subiendo", enfatizaron fuentes de su entorno.

Incluyendo este martes, Rajoy habrá recorrido Huelva, Málaga, Cádiz y Sevilla. Y la acogida está siendo buena. "Espectacular", según Fátima Báñez, que estuvo en Palos, donde Rajoy encendió el árbol de navidad con centenares de vecinos en la calle. "Presidente, he venido a darte las gracias", le dijo una señora. En Estepona, se repetía la imagen en el paseo marítimo y en Marbella 2.000 personas esperaban a Rajoy -pese a ser festivo- para comer una apella. La jornada electoral terminó en Algeciras, donde fue tal la afluencia de simpatizantes que se tuvieron que cerrar las puertas del teatro Florida. a

"Vamos a mejorar el CIS", repiten los candidatos provinciales ante el ambiente que están viviendo en la calle. "En Málaga, es imposible que saquemos la mitad. Se equivocan, el ambiente es mucho mejor", insistió un integrante de la lista, en conversación informal. Si bien, no todos en el PP están seguros de que se pueda arañar mucho más de lo que predice la encuesta gubernamental. "La cosa está muy mal", enfatizó un cargo conocedor de los trackings internos.

Según las fuentes consultadas, los sondeos de Pedro Arriola confirman el golpe en Andalucía el próximo 20 de diciembre, y de ahí la innegable implicación de Rajoy y demás cargos de importancia nacional -como el gallego Alberto Núñez Feijóo- para intentar darle la vuelta. "En estas elecciones, se trata de elegir entre continuidad y cambio. Y detectamos pulsión de cambio", reconoció un destacado dirigente, en relación a Ciudadanos. En todo caso, las esperanzas están puestas en la recta final de la campaña, y en el impulso de un Rajoy campechano pateándose las provincias andaluzas.

La batalla interna andaluza

En Andalucía, además, no sólo se la juega Rajoy. Tras el congreso nacional, Juan Manuel Moreno se enfrentará a un cónclave regional, y "ha dejado demasiados cadáveres" desde que fue elegido presidente. Algunos líderes locales avisan de que "reclamarán explicaciones" si se produce una hecatombe electoral. Sevilla o Cádiz, por ejemplo, siempre han sido plazas complicadas para él, y algunos cargos todavía recuerdan cuando en un mitin en la capital hispalense al poco de ser elegido se quedaron bastantes sillas vacías por falta de movilización.

Cabe recordar lo convulsa que fue la designación de Moreno. María Dolores de Cospedal apostaba por José Luis Sanz, alcalde de Tomares y próximo a Juan Ignacio Zoido, pero Rajoy impuso finalmente al entonces secretario de Estado, cercano a Soraya Sáenz de Santamaría. El cisma interno fue enorme, y las heridas no terminaron de cicatrizarse. "A mí me han contactado, pero he dicho que no", desvela un alto cargo del PP, confirmando movimientos contra el hoy líder regional. El presidente, eso sí, siempre ha dicho a Moreno que no se preocupara y que confiaba en él, que ponga en orden el partido.

En este contexto, el líder regional fue muy claro en el tour de Rajoy por Andalucía: "Hay que dejarse las yemas de los dedos mandando mensajes a las familias y amigos para que vayan a votar", emplazó en Estepona, donde su alcalde José María García Urbano le ha quitado el primer puesto de la lista por Málaga a Celia Villalobos, con la consiguiente polémica.

Tanto Moreno como Rajoy, cada vez que tomaron la palabra, alertaron sobre la posibilidad de un pacto de perdedores para evitar que el PP gobierno. "El trío lalalá", dijo el andaluz, citando expresamente a Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias. "Que los españoles sean conscientes de lo que algunos están preparando", continuó el jefe del Ejecutivo, que destacó que "el PP no es infalible" pero al menos con él "no habrá sorpresas". Ambos pusieron en valor lo hecho por el Gobierno central para salvaguardar los servicios básicos en Andalucía: "En el momento en el que más le han necesitado, ahí ha estado Rajoy con los andaluces".

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