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El espectáculo lo dio Campo Vidal

Manuel Campo Vidal, que va cumpliendo una edad, no está ya para tratar con gente tan agresiva.

Manuel Campo Vidal, que va cumpliendo una edad, no está ya para tratar con gente tan agresiva.
Los memes de Manuel Campo Vidal se adueñan de internet durante el debate

El esperado cara a cara entre el principal candidato a La Moncloa y Pedro Sánchez estuvo a punto de acabar como el rosario de la aurora gracias a las malas artes del líder socialista y a que Manuel Campo Vidal, que va cumpliendo una edad, no está ya para tratar con gente tan agresiva. Pedro Sánchez se empeñó en convertir su cara a cara con Rajoy en el plató de Sálvame y Campo Vidal puso todo de su parte para que el candidato socialista consiguiera su objetivo. Los dos deben estar hoy muy satisfechos.

Pedro Sánchez decidió tirarse al barro para ver si saca a su partido de la situación desesperada que vaticinan todas las encuestas de cara al próximo domingo. Ya desde el inicio se vio que sobreactuaba, y pocas cosas hay peores en televisión que ver a un político al que no le importa el significado real de los datos sino esgrimirlos con agresividad. De hecho, a Sánchez no le importa la realidad y así se lo hizo saber a Rajoy cuando le reprochó casi a gritos que utilizara cifras para sostener sus argumentos. Él tenía la carta que le había escrito una señora de Valladolid, que no tiene valor representativo pero queda muy bien entre la izquierda de base cuando se pone sentimental.

Sánchez interrumpió, gesticuló, gritó y acabó insultando a Rajoy mientras el moderador, más moderado que nunca, ni siquiera se daba cuenta de la que se estaba liando delante de sus narices. A Campo Vidal lo sacan una vez cada cuatro años para que haga un debate y el pobre ha perdido todos los reflejos por culpa de la falta de actividad. Debería entrenar más para no acabar siendo el protagonista involuntario de un espectáculo lamentable como el que anoche se vivió en televisión. No tanto por los insultos de uno y la pachorra del otro, sino porque, al contrario que el moderador del pasado debate a cuatro, el presentador no fue capaz de cuestionar los disparates que el socialista desgranó, uno tras otro, como su anuncio de una ley contra el cambio climático (¿irá a prohibirlo por Real Decreto) o su promesa de ¡triplicar! el presupuesto de Educación.

Esta campaña electoral ha servido para comprobar que la izquierda española está cada vez más loca y que Manuel Campo Vidal ya no está para moderar. Es evidente que Vicente Vallés es su relevo natural. Que le entregue el testigo ya.

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