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Ciudadanos desautoriza a su número uno por Cantabria por unas extravagantes declaraciones

El partido estudia incluso obligarle a renunciar por unas declaraciones sobre mujeres y violencia que consideran "intolerables"

El partido estudia incluso obligarle a renunciar por unas declaraciones sobre mujeres y violencia que consideran "intolerables"
Pracht, en una imagen de archivo | Europa Press

Definitivamente, conviene dar la razón a quienes piensan que Ciudadanos es un edificio a medio construir. Lo evidencia el nuevo día aciago que un número uno local, en concreto el de Cantabria, Carlos Pracht, le ha ‘brindado’ a Albert Rivera en su primera visita al norte. Pocos minutos después de compartir mitin ante centenares de personas en la Plaza del Pombo de Santander, Ciudadanos se ha visto obligado a exigirle a quien podría ser diputado del grupo naranja a partir del domingo a rectificar unas extravagantes declaraciones en las que, lejos de ceñirse a la propuesta del programa electoral de igualar por arriba el agravamiento de la penas por violencia machista con los casos que se puedan producir entre parejas de homosexuales o entre padres e hijos, se ha desatado con un abanico de afirmaciones que el partido considera intolerables. Pratch, ha asegurado que "queremos garantizar con todas las medidas al alcance de la ley que las mujeres puedan desarrollar toda su feminidad" que las mujeres tienen que ser "el centro de la familia" y, refiriéndose a las mujeres víctimas de malos tratos, que "también hay mujeres yihadistas" o que "el aborto es una forma violencia".

Pocos minutos después, Albert Rivera atendía a los medios y era el primer sorprendido al ser cuestionado por estas declaraciones de su número uno en una capital de provincia, con las que aseguraba no estar de acuerdo. La desautorización del partido hacia Pracht se evidenciaba al final de la mañana cuando no aparecía entre la delegación que acompañaba a Rivera en su siguiente acto, un coloquio con jóvenes en un bar. El equipo de prensa del partido ya elaboraba en ese instante el comunicado para obligarle a rectificar sus palabras. Fuentes del equipo de campaña aseguran que "estudiarán todas las medidas que se puedan adoptar". El partido no puede destituir a Pratch, pero sí sugerirle su renuncia.

Candidatos problemáticos

Si algo evidencia esta campaña, al margen de algunas carencias organizativas, es que la distancia entre Rivera, Inés Arrimadas y los líderes más conocidos del partido, como Juan Carlos Girauta o Luis Salvador, es abismal con respecto a varios de los cabezas de lista locales, que definitivamente no han estado a la altura. Máxime cuando se les ha obligado a un tipo de discursos, sin atril y en escasos minutos, propicio para oradores brillantes pero muy peligroso para personas con menos tablas. Ante casos como el de Pracht, Ciudadanos deberá revisar para futuras campañas la logística de las mismas. El número uno por Santander, como el resto de candidatos, acudió el pasado 18 de octubre a una intensa jornada de preparación de campaña, en la que entre otras cosas se les ofreció una sesión de coaching, una técnica de motivación de la preferencia de Rivera que, dados los resultados, no parece haber surtido el efecto deseado.

A poco más de cuarenta y ocho horas del fin de la campaña, y antes de uno de sus platos fuertes, la comida con los primeros ministros de ALDE que mantendrá este jueves en Bruselas, Rivera se ve en la situación de dedicar buena parte de su tiempo y sus esfuerzos a apagar fuegos internos, en vez de a intentar alentar la participación masiva con la que aún confía en derrotar en las urnas al bipartidismo el domingo. Fuentes de su equipo reconocen el malestar del líder en su primera visita al norte tras anular el martes sus actos en Galicia y Asturias para asistir en Madrid al funeral de Estado por los dos policías españoles fallecidos la semana pasada en Afganistán.

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