Primer año que el Gobierno de Ahora Madrid organiza el carnaval en la ciudad. Y por primera vez, las fiestas se trasladan al distrito de Tetuán. La decisión se enmarca en la "línea de descentralización" que el Ejecutivo municipal quiere llevar a cabo en todas las áreas de gobierno, "con una apuesta desde el área de Cultura y Deportes - de la que es responsable Celia Mayer- por acercar la cultura a otros puntos de la ciudad, en coordinación, en el caso del Carnaval, con la Junta Municipal del Distrito de Tetuán".
Una de las actividades programadas era la representación de la obra La Bruja y don Cristóbal en la Plaza Canal de Isabel II. La sinopsis de la obra, según consta en el programa oficial del carnaval publicado por el Consistorio madrileño, dice así:
La Compañía Títeres desde Abajo revive a Don Cristóbal Polichinela, ese oscuro personaje de la tradición popular ibérica. En esta ocasión, Polichinela llegará a Tetuán para imponer su voluntad a base cachiporra. Sin embargo, también habitará en estas tierras una bruja que tiene la firme decisión de amar su libertad por encima de todo y no dejarse pisotear por ningún Don Cristóbal, por mucho poder que éste se arrogue.
Pero en mitad de la representación infantil -para niños de entre tres y seis años- dos miembros de la compañía desplegaron una pancarta donde aparecía escrito "Gora Alka-ETA". Fue ese el momento en que los padres, que estaban presenciando la obra junto a sus hijos, vieron colmada su paciencia y llamaron a la Policía. Y es que antes también habían visto cómo se representaba el ahorcamiento de un juez, la muerte de un policía, cómo un guiñol apuñala a otro que simulaba que estaba embarazada o se indicaba a los niños que tenían que okupar las casas vacías, mientras las protestas por lo que estaban viendo iban en aumento.
Allí también se encontraban presentes responsables de Madrid Destino -empresa municipal que gestiona la cultura en la capital- que paralizaron la representación, según afirma el Ayuntamiento, extremo éste que desmienten algunos padres, que aseguran que no hicieron nada por suspender la obra.
Tras esa llamada, la Policía Municipal se personó en el lugar en el acto y procedió a detener a dos miembros de la compañía. Fueron los agentes municipales los que comunicaron los hechos a la Brigada de Información de la Policía Nacional, que trasladó a los detenidos hasta sus dependencias del Cuerpo en el barrio de Moratalaz, en la antigua sede de las Unidades de Intervención Policial (UIP). Ahora, podrían enfrentarse a un posible delito de enaltecimiento del terrorismo.
Los dos arrestados prestaron declaración ante los agentes y dijeron que cuentan con los permisos municipales y con la autorización municipal para realizar la obra, según confirmaron fuentes policiales a Libertad Digital. No tienen antecedentes penales ni policiales (al menos en la base de datos del Cuerpo Nacional de Policía). Los dos pasaron toda la noche en los calabozos de la instalación policial.
El Ayuntamiento de Madrid, por su parte, interpuso el mismo viernes por la noche una denuncia en los juzgados de Plaza de Castilla contra la compañía teatral, según informaron a este periódico fuentes municipales, al entender que ésta ha realizado "acciones ofensivas, completamente fuera de lugar en cualquier contexto y totalmente irrespetuosos con los valores de convivencia, respeto y diversidad propuestos por el Ayuntamiento".
El consistorio explicó que la Dirección de Programas y Actividades Culturales designó a un director artístico, que fue quien diseñó la programación del Carnaval, que cuenta con 15 actividades, y aseguraron que la obra no había sido visionada con antelación, en contra de lo declarado por los dos titiriteros. Sobre los criterios seguidos en el casting por esta Dirección de Programas, el Ayuntamiento aún no tiene respuesta.
Las reacciones políticas no se hicieron esperar. El PP exigió a la alcaldesa, Manuela Carmena, que dé explicaciones así como la destitución inmediata de la delegada de Cultura, mientras que el PSOE criticó duramente la actuación del Gobierno municipal. La AVT, por su parte, denunciará al Ayuntamiento.