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Los compañeros de Barberá en el Senado reniegan de ella: "Seguirá tras el visillo"

El PP la protege en la Diputación Permanente, pero Alberto Fabra pide que se vaya. En Génova admiten que la situación es "compleja".

El PP la protege en la Diputación Permanente, pero Alberto Fabra pide que se vaya. En Génova admiten que la situación es "compleja".
Rita Barberá en un acto de partido | EFE

El Partido Popular sigue bloqueado por culpa de Rita Barberá. Noqueado. Mientras José Manuel Barreiro se afanaba en justificar su presencia en la diputación permanente, lo que le garantiza el aforamiento incluso en caso de nuevas elecciones, sus compañeros en la Cámara Alta intentaban alejarse lo máximo posible de la otrora alcaldesa de Valencia. No creen que vaya a aparecer en breve por el Senado, y tampoco quieren que ocurra. "Sólo nos preguntáis por ella, el Senado es más que Rita", se enfadaba un compañero de filas.

La dirección nacional admite que la situación es "compleja" y les daña políticamente, con todos los titulares en contra. Aún más, las fuentes consultadas reconocieron que puede parecer "contradictorio" que se le quitara la presidencia de la comisión constitucional -como se le prometió- pero se le blinde en la diputación permanente, aunque sea como suplente. "Ya estaba en ese cargo" y "en cualquier momento puede quedar fuera", fue la respuesta de un integrante de la cúpula. "Yo creo que debe dar un paso atrás cuanto antes por el bien del partido, pero ella se agarra en que no está investigada y dice que está siendo objeto de una persecución mediática", añadió otro cargo de Génova.

Lo cierto es que, en el Senado, no se hablaba de otra cosa. Desde primera hora de la mañana, la expectación era enorme, mucho más de la habitual en la Cámara Alta. Y la pregunta siempre era la misma en los círculos políticos y periodísticos: "¿Vendrá Rita Barberá?". Al final, la exalcaldesa se ausentó en la primera sesión de las dos comisiones en las que ocupa el cargo de vocal por el PP, la comisión constitucional - de la que, en un primer momento, iba a ser presidenta- y la comisión de economía y competitividad. Un día más, no dio explicaciones públicas. Silencio.

En los pasillos, sus compañeros marcaron distancias, y algunos la criticaron sin disimulo. El más claro a micrófono abierto fue Alberto Fabra, que ya se enfrentó a ella cuando era presidente de la Comunidad Valenciana. "Lo que tiene que hacer es pensar qué es lo mejor para el partido y que lo anteponga a sus intereses personales", contestó a los periodistas. En conversación informal, consideró un error su presencia en la diputación permanente, e insistió: "Debe ser consciente de lo que debe darle al partido" para que se sienta "cómodo". Esto es, ha de dar un paso atrás por el bien del PP.

Algunos dirigentes de la formación tiraron de ironía. "¿Barberá? Creo que tiene fiebre", respondió uno de ellos. "Y la fiebre dura, al menos, tres días", añadió otro, en referencia a la reunión del Grupo Popular prevista para este miércoles, y que será presidida por Mariano Rajoy. La mayoría de cargos consultados, incluidos miembros de la cúpula, eran de la tesis de que la exalcaldesa no pisará la Cámara Alta. "Espero que no venga por el bien de Rajoy. La información que nos llega es que no vendrá", en palabras de un integrante de la dirección del partido en el Senado. "Se quedará detrás del visillo", remató maldiciente un senador popular.

Públicamente, el portavoz del grupo se limitó a enfatizar que la presencia de Barberá en la diputación permanente "no supone ningún tipo de protección especial o añadida". "Es en este momento una senadora que no está siendo investigada por ninguna instancia judicial", afirmó Barreiro. "Hay muchos senadores en la diputación permanente y yo estoy convencido de que no ha sido para protegerla en ningún caso", se sumó Iñaki Oyarzábal, con acta en la Cámara Alta esta legislatura. A José Ramón Bauzá le preguntaron si la senadora debe dimitir: "Sólo lo puede decidir la propia señora Rita Barberá", rehuyó los micrófonos.

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