Levantado el veto total de Pablo Iglesias a Albert Rivera, cuya abstención para un Gobierno de izquierdas buscará apelando al "sentido de Estado" del líder de Ciudadanos, quedaba por saber cómo respondía al envite el líder centrista.
Por boca del secretario general de su grupo parlamentario, Miguel Gutierrez, Ciudadanos ha dejado claro que no votará sí ni se abstendrá para facilitar un Ejecutivo de la izquierda; que ve "muy difícil" que la formación morada hiciera lo propio ante una eventual acuerdo del PSOE y Ciudadanos, principalmente porque "no encontrarán allí un referéndum"; que Iglesias confunde los tiempos legislativos con los mediáticos, pues no le corresponde abrir una ronda de consultas, y que aún confían en que el PP se abstenga para investir a Sánchez una vez que los populares "vean los compromisos y las reformas que creemos que serán necesarias. Desde luego, nunca habrá ni ministerios ni secretarias de Estado", ha asegurado lanzando un nuevo dardo envenenado a la propuesta de Gobierno de Podemos.
Pese a todo ello, Gutiérrez ha asegurado que Rivera acudirá a la cita con Iglesias -"no nos negamos a hablar, otra cosa es entablar negociaciones"- y ha opinado que, en contra de lo dicho por el líder de Podemos, sí que ha existido hasta ahora un veto hacia Ciudadanos por parte de esa formación.
En varias ocasiones durante su comparecencia, Gutiérrez, uno de los miembros del equipo negociador de Ciudadanos que este martes se sentará de nuevo con el PSOE, ha hablado de "acuerdo de Gobierno con el PSOE" expresión que más tarde ha corregido. Lapsus o no, lo cierto es que la cúpula centrista es optimista sobre las negociaciones con los socialistas.
En palabras del jefe del equipo negociador, Juan Carlos Girauta, pronunciadas la semana pasada "he hablado con gente muy seria de cosas muy serias". La relación es muy estrecha, por ejemplo, entre las cabezas económicas de sendas formaciones, Jordi Sevilla y Luis Garicano, que estos días intercambian frecuentemente mensajes de móvil. Desde hace semanas, fuentes de la Ejecutiva del partido aseguran en privado que si entrar en un Gobierno fuese un impedimento para lograr un acuerdo, ellos no pondrían reparo alguno.