Después de semanas trabajando en la división de Podemos, intentando conseguir la ruptura de la disciplina de voto, el líder socialista ha intentado escurrir el bulto: "Hoy he escuchado al señor Errejón señalarnos a nosotros inexplicablemente...". Sánchez quiso dejar claro que en el PSOE "no vamos a entrar en ningún tipo de provocación ni de insulto... somos muy respetuosos con los debates internos que se puedan establecer en los partidos políticos, en este caso en Podemos".
Pero acto seguido hacía exactamente lo contrario al atreverse a hacerle una recomendación "al señor Iglesias": "Le digo que haga caso a la señora Carmena; que haga caso al señor Villarejo, que son personas de izquierdas muy significadas que están diciendo que se ponga fin a los vetos y que es posible entenderse con el PSOE y también con Ciudadanos".
Y, al mismo tiempo, volvió a aprovechar esta debilidad interna de Podemos para sacar rédito personal mirando a la posible abstención de la formación morada. "Yo estoy dispuesto a pasar página, no voy a entrar en ningún tipo de provocación ni de insulto. Creo que nos unen muchas cosas. Yo tiendo la mano al señor Iglesias".
En un acto en La Coruña, el secretario general del PSOE también aprovechó para anunciar que "daré otro paso al frente" para una nueva investidura porque "yo tengo la determinación, la fuerza, las ganas y la ambición de que haya un Gobierno de cambio".